“Despierten, Blendecques está en peligro”: varios cientos de personas se manifestaron el sábado en apoyo de los vecinos afectados de esta localidad de Paso de Calais, afectada por varios episodios de inundaciones desde noviembre, y para exigir trabajos de emergencia.

“Estamos hartos, completamente hartos, tenemos agua por todas partes, las paredes rezuman, las cosas tienen que moverse. El gobierno debe hacer algo, estamos cansados ​​de hacer lo mismo una y otra vez”, respira Stéphane Opart, de 67 años, entre los manifestantes.

«Hay una emergencia, hay que hacer grandes obras, hay que repensar todo para que no haya más inundaciones», declaró David Vilain, cocreador del colectivo «Blendecques Aa nunca más». Vecino del pueblo, su casa se vio muy afectada por las inundaciones de enero: «Tenía hasta sesenta centímetros de agua en la casa, me dijeron al menos un año antes de que pudiera volver allí», lamenta David Vilain, que fue trasladado a un estudio en Saint-Omer, a pocos kilómetros de Blendecques, con su hija.

«Nuestras vidas están patas arriba, también queremos poder participar en reuniones sobre el trabajo con las instituciones para tener un derecho de revisión», añadió Geoffray Moreau, del mismo colectivo.

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Unas inundaciones récord afectaron a Aa, en la región de Saint-Omer, a principios de enero, tras episodios de inundaciones históricas a finales de año.

Tan pronto como se completó el traspaso de poder el martes, el primer ministro Gabriel Attal se dirigió a las víctimas de las inundaciones en Clairmarais y les prometió que el Estado “no los olvidaría”.

Los trabajos de emergencia deben comenzar el lunes en Blendecques, anunció el viernes el prefecto de Paso de Calais, Jacques Billant, en una rueda de prensa. “Esto implica realizar una cierta cantidad de operaciones de limpieza, reparar los aliviaderos, limpiar los bancos y consolidarlos”, dijo.

“Padres enfadados, salvemos nuestra ciudad, nuestras escuelas”, “Residentes, artesanos, nunca más” o incluso “Si Blendecques fuera un banco, ya lo habríamos salvado”, se leía en los carteles de la procesión que recorría las calles. de la localidad más afectadas por las inundaciones.

“Lo perdí todo, las cosas tienen que cambiar y tiene que ser rápido, tenemos que proteger a todos los vecinos, no estamos bien psicológicamente. Estamos viviendo una crisis social, estamos al final de nuestras vidas, lloro todos los días”, testificó Valérie Caron, de 57 años.