Irán ha vuelto en las últimas semanas a un ritmo de producción de uranio enriquecido al 60% similar al de principios de año, continuando su escalada nuclear aunque niegue querer adquirir la bomba, indicó el martes 26 de diciembre la OIEA.
“El país ha aumentado su producción de uranio altamente enriquecido en las últimas semanas, tras desacelerar el ritmo desde mediados de 2023”, afirmó la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) en un comunicado de prensa.
Irán ha aumentado su producción de uranio enriquecido al 60% a alrededor de 9 kg por mes desde finales de noviembre, lo que «representa un aumento de los aproximadamente 3 kg producidos por mes desde junio y un retorno a una tasa mensual de 9 kg durante el primer semestre». de 2023”, dijo. Reducir el ritmo de producción al 60%, un umbral cercano al 90% necesario para fabricar una bomba atómica, fue visto por los expertos como un gesto, mientras se reanudaban las conversaciones informales con Estados Unidos.
En los últimos meses, sin embargo, la animosidad ha aumentado un poco con el conflicto entre Israel y Hamas palestino, que Washington y Teherán se acusan mutuamente de agravar. En noviembre, un informe confidencial de la OIEA consultado por la AFP indicaba que las reservas de uranio enriquecido en Irán superaban en 22 veces el límite autorizado por el acuerdo internacional de 2015 que regula las actividades atómicas de Teherán, a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
El acuerdo se vino abajo tras la retirada de Washington en 2018 decidida por el entonces presidente estadounidense, Donald Trump. Su sucesor, Joe Biden, intentó reactivarlo mediante conversaciones celebradas en Viena, pero están estancadas desde el verano de 2022. Irán, que se ha acercado a Moscú desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, también ha excluido a los inspectores de la OIEA y cámaras desconectadas necesarias para monitorear su programa nuclear.
Se enriquece a niveles alejados del tope fijado por la comunidad internacional en el 3,67%, equivalente a lo que se utiliza en las centrales nucleares para la producción de electricidad. En noviembre contaba con 567,1 kg enriquecidos al 20% y 128,3 kg al 60%. Esto es más de tres veces el material teóricamente necesario para fabricar una bomba atómica, a un nivel del 90%.