“No hay que hacerse francés sin conocer la propia voluntad”. El presidente de Modem y partidario de la mayoría presidencial, François Bayrou, manifestó su apoyo a la ley de inmigración en las columnas del Journal du Dimanche, el 24 de diciembre, abogando por un “nuevo impulso, una renovación”.

“Con esta ley de inmigración se pone fin a un período de dieciocho meses que fue muy difícil. Las secuelas del Covid, la guerra en Ucrania, la inflación, la ley de pensiones, la inmigración, las tensiones en el país, a veces en el gobierno, fueron duras y tuvimos que resistir”, resume François Bayrou.

“Los franceses aprueban abrumadoramente esta ley, en todas las corrientes de opinión”, afirma el concejal, “incluso en la extrema izquierda”. El político recordó a los defensores de una situación actual “inaceptable, insoportable e inhumana”, dividida entre “la impresión de impotencia generalizada ante la presión migratoria” y, por otro, la situación de los migrantes, “entregados a mafias de traficantes” y “ encerrados en la clandestinidad” a su llegada a Francia. Desde esta perspectiva, «aceptar que esta situación dure» habría sido una prueba de «cobardía», insiste François Bayrou.

La ley de inmigración aprobada por el Parlamento nos permite «tomarnos en serio» la «pertenencia a nuestra nación», continúa el electo. Sin embargo, este último sigue siendo crítico con algunos aspectos de esta política, indicando en particular su oposición a «la obligación de exigir un depósito a los estudiantes extranjeros».

“Se abre una nueva página. Necesitamos un nuevo impulso, una renovación. ¿Pero con qué personalidades, qué arquitectura de gobierno es similar o diferente, igual o más estrecha, según deseo? Depende del presidente decidir”, añade. Como era de esperar, el líder centrista no quiere que el presidente de la República, Emmanuel Macron, proponga un acuerdo de gobierno con Los Republicanos.

La Quinta República no se trata de acuerdos de aparato, en los que los partidos van en cualquier dirección. Es un proyecto, llevado a cabo por una personalidad elegida por sufragio universal, en torno a la cual formamos un equipo”, juzga. “Este equipo debe mantener su consistencia y su centro de gravedad. Por eso, son bienvenidas personalidades diferentes y ricas en experiencia”, sugiere.