El primer desafío es el de la participación. Porque no va a ser fácil de llevar a votación, muchos ciudadanos en el centro de Roma. De ir a las urnas para elegir al sucesor de la Cámara de Paolo Gentiloni, elegido en el ínterin, como comisario europeo. Aquellos que tengan derecho a votar 150 mil, pero sería considerada ya un éxito con la participación de 30 mil votantes. Por otro lado, el pasado domingo, el Nápoles – en el piso de la tasa de participación – fue descorazonador. Menos del 10 por ciento de la red de reclamación de Sandro Ruotolo, un candidato de la centro-izquierda, para un escaño en el Senado que quedó vacante después de la muerte del parlamentario 5stars Ortolani. En Roma, entre los 7 candidatos, no es un nombre de peso de la política italiana: el ministro de economía Roberto Gualtieri.