¿Estaba Donald Trump protegido por la inmunidad presidencial cuando intentó anular los resultados de las elecciones de 2020? El Tribunal Supremo de Estados Unidos se negó el viernes a pronunciarse con urgencia sobre esta cuestión, una bendición para el republicano que espera posponer el inicio de su juicio. El tempestuoso multimillonario, candidato a las elecciones de finales de 2024, deberá ser juzgado a partir del 4 de marzo por sus presiones durante las últimas elecciones presidenciales.

Ses avocats, qui tentent par tous les moyens de retarder le début de son procès pour qu’il ne coïncide pas avec le calendrier électoral, affirment que Donald Trump jouit d’une «immunité absolue» pour ses actes alors qu’il était à la Casa Blanca. Y que por ello no debe ser juzgado. La jueza Tanya Chutkan, que presidirá las actuaciones de este juicio federal contra Donald Trump, rechazó a principios de diciembre una primera solicitud de inmunidad al considerar que ningún texto protegía a un expresidente contra un proceso penal. Los abogados de Donald Trump apelaron esta decisión, solicitando al Tribunal de Apelaciones que se pronuncie sobre el tema. Sin embargo, este paso adicional podría llevar muchas semanas y, en última instancia, correr el riesgo de posponer el inicio del juicio contra el ex presidente.

A mediados de diciembre, el fiscal federal Jack Smith apeló ante la Corte Suprema de Estados Unidos, pidiendo al tribunal más alto del país que se pronunciara directamente sobre esta cuestión, sin esperar al Tribunal de Apelación. Lo que el Tribunal Supremo, de mayoría conservadora porque fue reformado en gran medida por Donald Trump, rechazó el viernes. Los jueces han rechazado intentos similares de invocar inmunidad presidencial para Donald Trump, pero el templo de la ley estadounidense nunca ha dicho directamente si un exjefe de Estado disfrutaba de inmunidad frente a un proceso penal.

La jurisprudencia es tanto más vaga cuanto que Donald Trump es el primer expresidente de Estados Unidos acusado penalmente. El multimillonario republicano se prepara para vivir un año extraordinario en todos los sentidos, salpicado de idas y venidas entre los tribunales y las plataformas de campaña.