Los diputados de izquierda tomaron oficialmente el Consejo Constitucional el viernes por la noche para impugnar toda la ley de inmigración y «un número récord de artículos contrarios a los principios constitucionales», según creen. Los representantes electos de los cuatro grupos de izquierda (LFI, PS, ecologistas y comunistas) indican en un comunicado que deberían ser «escuchados a principios de enero» en el Consejo Constitucional para presentar sus argumentos.
La izquierda ya había anunciado su intención de apoderarse de los Sabios, que el presidente Emmanuel Macron también tomará por su parte. El Consejo tiene un máximo de un mes para decidir. En su llamamiento, los diputados de izquierda señalan una treintena de artículos y exigen la censura total de esta ley aprobada el martes por la tarde.
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Se oponen a condicionar el acceso a determinadas prestaciones sociales a la duración de la residencia en Francia, considerando la medida «contraria al principio de igualdad» y ajena al proyecto de ley («rider legislativo»). También denuncian el endurecimiento de las normas sobre reagrupación familiar, al considerarlo un «ataque a la privacidad y al derecho a llevar una vida familiar normal».
Estos cargos electos atacan el establecimiento de “cuotas” fijadas por el Parlamento para limitar “durante los próximos tres años” el número de extranjeros admitidos en el territorio, considerándolo un “malentendido de los poderes del Parlamento”. Entre otros agravios, también cuestionan la exclusión de los extranjeros en situación irregular de la tarificación social del transporte, por considerarla «contraria al principio de igualdad». También acusan al proyecto de «ignorar el derecho a la protección de la salud» al «restringir las condiciones para la obtención» de un permiso de residencia para extranjeros enfermos.
Los diputados de izquierda critican el «trato desigual» a los estudiantes extranjeros con el artículo que les pide que justifiquen el carácter «real y serio» de sus estudios. También denuncian en este texto lo que consideran “un desafío al principio de incondicionalidad de los alojamientos de emergencia”.