Investigadores japoneses registraron las oficinas de dos facciones del partido del primer ministro Fumio Kishida en Tokio el martes 19 de diciembre, como parte de un caso de fraude financiero que ha sacudido al partido gobernante y al gobierno durante varias semanas.

Estas búsquedas en dos facciones según los medios japoneses “son extremadamente lamentables. Nos tomamos muy en serio la situación y estamos tomando las medidas necesarias respetando el progreso de la investigación”, afirmó Toshimitsu Motegi, secretario general del Partido Liberal Democrático (PLD, derecha conservadora).

Según la prensa japonesa, los investigadores están investigando sospechas de fraude contra decenas de miembros del PLD, el grupo político que gobierna el país casi sin interrupción desde su fundación en 1955. Se sospecha que estos miembros del PLD no han declarado el equivalente a varios millones de euros, recaudados mediante la venta de entradas para veladas benéficas y que luego el partido les habría donado.

«El partido debe trabajar para restablecer urgentemente la confianza de la población», declaró el martes a la prensa el primer ministro, subrayando que la justicia debe investigar «rigurosamente» para arrojar luz sobre este asunto. Fumio Kishida se vio obligado la semana pasada a sustituir a cuatro de sus ministros pertenecientes a la principal facción interna del PLD para intentar apagar el fuego provocado por este gran escándalo, que también lo debilita aún más ante la opinión pública.

Los investigadores están particularmente interesados ​​en los miembros de la principal facción del PLD liderada por el ex primer ministro Shinzo Abe hasta su asesinato el año pasado. Se dice que recibieron ilegalmente unos 500 millones de yenes (3,2 millones de euros) durante un período de cinco años hasta 2022. Según los medios locales, los fiscales están investigando cinco de las seis facciones del PLD, incluida la que dirigió Fumio Kishida hasta recientemente.

La investigación comenzó con las audiencias de los contables de las facciones implicadas y debería continuar con las de decenas de parlamentarios. Contactado por la AFP, el portavoz de la fiscalía no pudo confirmar los registros ni las audiencias. Fumio Kishida, que llegó al poder en otoño de 2021, ya había visto desmoronarse su popularidad antes de la revelación gradual por parte de los medios de este nuevo escándalo.

Actualmente sólo cuenta con un 17,1% de opiniones favorables, según una encuesta publicada la semana pasada por la agencia Jiji, lo que supone una caída de 4,2 puntos respecto al mes anterior. En teoría, el primer ministro puede permanecer en el poder hasta 2025, pero algunos analistas especulan sobre la posible convocatoria de elecciones anticipadas antes de una votación interna en el PLD el próximo otoño, lo que podría resultarle muy difícil.