ROMA. Un poco menos de 7 millones en Italia, las mujeres han experimentado violencia física o sexual en el curso de la vida, uno de los tres; casi 3 millones más que el abuso es perpetrado por parejas o ex. En 2018, las víctimas de feminicidio han sido 142, un número creciente en comparación con el año anterior, y 94 los registrados en los primeros diez meses de 2019 (fuente: Istat). Cada 72 horas, en nuestro País, una mujer es asesinada por una persona de su conocimiento y tres de intento de corrupción en los cuatro ocurren en el hogar. El Día mundial contra la violencia sobre la mujer, establecido por las Naciones Unidas el 25 de noviembre, es el momento más importante del año para hablar, informar y sensibilizar sobre un asunto serio.
El cierre de los centros contra la violencia de . El marco tiene en tonos aún más preocupante a la luz de la primera encuesta sobre la lucha contra la violencia en los centros llevada a cabo por el Instituto nacional de estadística, según la cual, en Italia, en el momento en el que estamos 281 estructuras, de 0,05 a 10 mil habitantes, que es mucho menos que un centro por cada diez mil habitantes. En 2017 se han 44k las mujeres que han pedido ayuda en un anti-violencia en el centro, y dos de cada tres, o 29mila, han sido tomadas, a partir de una ruta de salida de la pesadilla, con precios más altos en el norte que en el sur y las islas. Las mujeres con hijos representan el 63,7%.
La juventud y violencia de género . De acuerdo a una investigación del Observatorio Nacional de la Adolescencia, alrededor de 1 niña de 10 fue atacado verbalmente por su novio: en la mitad de los casos, el episodio tuvo lugar en público, por fútiles motivos; 1 de cada 20 ha sido golpeado. Una niña de 5 ha sufrido de escenas de celos por su ropa o por ser demasiado extenso con otras personas, de acuerdo con el novio. El 17% de los chicos, por último, compruebe con frecuencia el teléfono inteligente de su novia, para comprobar los mensajes y llamadas. En 3 casos de un total de 4, la chica decide perdonar a estos comportamientos.
Un problema cultural . «Vivimos en una sociedad permeada por la violencia. Lo que es físico, psicológico, o en la forma sutil de discriminación, en el lugar de trabajo y en la sociedad. Los jóvenes replicar las estructuras de comportamiento de sus familias, y si estos implican violencia, es muy probable que se conviertan en personas violentas», explica Valentina Ruggiero, un experto en derecho de familia, durante muchos años, abogado de Teléfono Rosa. «La reciente ley que se llama un Código Rojo ha introducido nuevas e importantes herramientas para la protección de las mujeres víctimas de la violencia, pero sigue siendo un problema cultural. Tenemos que enseñar a la gente a respetar a las nuevas generaciones, les ayudará a entender lo que es correcto, a fin de no repetir los errores de sus padres».