El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, condenó este domingo 17 de diciembre el presunto incendio «criminal» de un hotel destinado a alojar a solicitantes de asilo, afirmando que «no hay justificación para la violencia». El incendio se produjo el día anterior, alrededor de las 23:35 horas, en el hotel Ross Lake House en Rosscahill, condado de Galway (oeste). La policía irlandesa, que abrió una investigación, habló de un «incidente criminal».
Este hotel, fuera de uso desde hace años, debía acoger en los próximos días a unos 70 solicitantes de asilo. Los manifestantes que se oponían a su apertura ya habían bloqueado la entrada del hotel durante la jornada del sábado para protestar.
«Estoy profundamente preocupado […] por este presunto daño criminal a varias propiedades en el país, destinadas a alojar a personas que buscan protección internacional», dijo Leo Varadkar en un comunicado. “Nada justifica la violencia, los incendios intencionales o el vandalismo en nuestra República. Nunca”, insistió.
El ministro de Integración irlandés, Roderic O’Gorman, dijo que el incidente era «profundamente preocupante». «Los políticos de todas las partes deberían condenar este acto vergonzoso y los comentarios alarmistas que lo motivaron», dijo.
El director general de la ONG Consejo Irlandés para los Refugiados, Nick Henderson, pidió una «investigación exhaustiva» y afirmó que ahora se produce «un patrón recurrente de incendios provocados» en los lugares donde se reciben a solicitantes de asilo y refugiados.
Su alojamiento se ha convertido en los últimos meses en un tema especialmente delicado en Irlanda. Este país de cinco millones de habitantes ha visto llegar a su suelo a 101.200 personas procedentes de Ucrania, de las cuales 74.500 están acogidas por el Estado. La falta de viviendas asequibles y la crisis del costo de vida han alimentado el resentimiento contra los recién llegados.
A finales de noviembre, la ciudad de Dublín se vio sacudida por disturbios sin precedentes, que las autoridades atribuyeron a agitadores de extrema derecha, tras un ataque con cuchillo que dejó cuatro personas heridas, entre ellas tres niños. El gobierno atribuyó el ataque a la difusión de rumores en las redes sociales, donde algunos internautas afirmaron que el atacante era un “inmigrante ilegal” o un “nacional argelino”.
Irlanda, que ya había expresado sus dificultades para alojar a todos los solicitantes de asilo durante el invierno, anunció una reducción del apoyo prestado a los ucranianos que huyen de la guerra.