Más de 2.000 personas, empleados, subcontratistas, cargos electos y residentes de la región se manifestaron el domingo en Saint-Étienne ante la convocatoria del intersindical Casino, para defender los puestos de trabajo y expresar su apego a la marca emblemática de su ciudad, en gran dificultad financiera. La procesión se reunió cerca de la imponente sede del Casino, un largo transatlántico situado frente a la estación de TGV de la ciudad, y partió al final de la mañana bajo un cielo azul y un sol de invierno, con 2° en el termómetro. Dirección: Prefectura del Loira, para una marcha de una hora convocada por las intersindicales FO, CGT, CFDT, UNSA y CFE-CGC. “Vivimos por y para Casino. Corre el riesgo de ser un desastre”, teme Thierry Renaud, 40 años, jefe de una imprenta que depende en un 80% del grupo de gran distribución desde hace más de tres décadas. “Todo se ha detenido, ya no tenemos pedidos”, señala, mientras la ciudad sufre una lenta hemorragia económica desde hace cuarenta años.
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Los sindicatos pidieron la movilización de los empleados del Casino, de los subcontratistas, de «la población apegada a la marca» y «de los jugadores y seguidores del AS Saint-Étienne». El club de fútbol, que en su nacimiento se llamó “Asociación Deportiva de Casino”, ahora juega en la liga 2, lejos de los años de gloria de los Verdes. El estadio Geoffreoy-Guichard lleva el nombre del fundador del Casino. “Muchas personas de mi familia trabajaban allí, soy cliente”, explica Véronique Molinski, una manifestante de unos sesenta años que vino a mostrar su solidaridad, con el cuello protegido con un pañuelo verde, con los colores del equipo Stéphanoise. “Hoy nos esperan políticos, deportistas, gente común, de la región de Saint-Étienne y de más allá”, dijo el delegado sindical de la CGT y portavoz de la intersindical Jean Pastor el domingo por la mañana en RMC. La prefectura estimó la procesión en más de 2.000 personas al final de la mañana.
Muchos funcionarios electos locales se unieron al desfile. «Muchos empleados viven en la llanura de Forez (situada en el corazón del departamento), todavía no medimos el gran impacto que esto tendrá en nuestros municipios», lamenta el diputado del pueblo vecino de Saint-Cyprien. Desde hace meses, los sindicatos de la empresa intentan movilizarse para evitar “una nueva Manufrance”. La liquidación de la empresa de venta por correo en 1985, casi cien años después de su creación, dejó un amargo recuerdo a nivel local, al igual que el cierre por parte del Estado de su fábrica de armas militares una década después.