Era un hábito popular entre los ingleses en los años 80 y 90. Cada Navidad, cientos de británicos corrían a los supermercados franceses para encontrar artículos festivos a menor costo. Cuando se trataba principalmente de conseguir litros de bebidas alcohólicas, nuestros vecinos hablaban fácilmente de una “carrera del alcohol”, o literalmente de una “carrera de la bebida”. Tras haber ido perdiendo impulso durante varias décadas, este fenómeno festivo bien podría regresar en 2023, impulsado por la inflación.
“La tradición de ir y venir a Francia durante el día, sólo para comprar alcohol barato, reinó en Inglaterra en los años 1980 y 1990”, explica la periodista del Telegraph Tracey Davies, que dedicó un artículo al tema. Excavando en sus propios recuerdos de juventud, cuenta los detalles de esta escapada comercial atravesada en ferry desde el puerto de Dover. “Cada fin de semana había colas interminables de coches esperando para abordar”, recuerda Tracey Davis. La práctica alcanzó su punto máximo a finales de 1994, cuando el Eurotúnel facilitó el viaje. Además de alcohol, los ingleses aprovecharon la travesía para llenar sus carritos de compra con pan, queso e incluso bollería. Pero, en la década de 2000, la llegada del euro calmó este entusiasmo transfronterizo. “La práctica perdió interés con la subida del euro en la década de 2000 y la consiguiente caída de los precios del vino en el Reino Unido”, informa el periodista.
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Adiós, ¿corres por el alcohol? Esto fue sin tener en cuenta el regreso de la inflación. De todas las economías avanzadas, Gran Bretaña es la que más ha sufrido el aumento de los precios. El aumento es particularmente fuerte en los pasillos de alimentos, hasta el punto de que los hurtos en las tiendas han aumentado un 30% en un año en el país. Para ahorrar dinero sin caer en la ilegalidad, Tracey Davies recomienda aprovechar los precios ventajosos que ofrece el vecino francés. Retomando la tradición de su infancia, la periodista viajó a Calais para aprovechar los “puestos repletos de chocolate Lindt, las secciones refrigeradas repletas de foie gras, pasteles coloridos y quesos aromáticos” que ofrecen los supermercados franceses.
El viaje resultó financieramente rentable, prueba de que la inflación francesa es mucho menos virulenta que la que hace estragos al otro lado del Canal. “Con lo que gasto habitualmente en comidas navideñas, he ahorrado entre 40 y 50 libras [entre 45 y 60 euros]”, afirma el periodista británico, “y ello a pesar de tener el carrito de la compra lleno de litros de ‘alcohol y productos festivos’. Un buen negocio que podría animar a otros británicos a cruzar el Canal de la Mancha a medida que se acercan las vacaciones…