Este año ya se han vendido más de 800.000: story boxes, pequeños altavoces para niños que transmiten cuentos y canciones, se han consolidado como el juguete sin pantalla por excelencia y triunfarán bajo el árbol.

“Cuando lanzamos nuestra Story Factory, la idea era realmente mantener a los niños alejados a toda costa de las pantallas, ofreciéndoles un objeto específico para ellos para desarrollar su imaginación y volver a la tradición oral de contar cuentos”, resume a la AFP Igor Krinbarg, cofundador de este cuentacuentos pionero en el mercado y desarrollado por Lunii.

Desde 2016 se han vendido más de 1,6 millones de estas pequeñas cajitas de color turquesa, destinadas a niños de 3 a 7 años y con un manejo simplificado mediante sus cinco botones. Fabricados en Francia y vendidos a un precio de 64,90 euros, contienen 24 cuentos para su compra, que se pueden completar con otros “audiolibros” ofrecidos en un catálogo en línea.

Aprovechando su éxito, Lunii lanzó en octubre “Flam”, un “caminante” para el grupo de mayor edad (7-11 años) con historias más largas “e interactivas” que ofrecen varios finales disponibles, un poco como estos libros de los que estás el héroe. Un álbum puede generar así hasta 10 o 12 horas de contenido”, subraya Krinbarg, que calcula que Lunii representa alrededor del 63% de las ventas de los narradores en el mercado francés.

My Story Factory pero también The Wonderful Storyteller, Merlin, Toniebox, My Hero Box, Max, Timio, Bookinou, Elio, My Little Morpheus, Yoto, The Storyteller, StoriKid, Once Upon a Time… La oferta de altavoces de audio para niños ha explotó en los últimos años. «Es un mercado anual de 30 millones de euros, con 800.000 narradores vendidos en los últimos doce meses» en Francia, explica Frédérique Tutt, analista del mercado de juguetes de la empresa Circana (ex NPD). Destaca que esta “categoría es hoy imprescindible en el mercado del juguete”, con “altísima penetración en las familias”.

¿El secreto de este éxito? “El audio debe ser tan atractivo como la pantalla, y de otra manera: no podemos ser sólo una alternativa, un plan B”, destaca Coralie Piton, directora general del altavoz Merlin (84, 90 euros), fruto de una colaboración empresa entre la editorial Bayard Jeunesse y Radio France que recibió una financiación de 1,4 millones de euros de la Caisse des Dépôts.

Menciona el “redescubrimiento del audio” por parte de los niños – junto con el entusiasmo de los adultos por los podcasts – pero también el hecho de que “los padres franceses probablemente sean un poco más atentos que otros a la exposición a la pantalla” y el deseo “de dar una muestra de algo”. demás».

El narrador Merlin, que ofrece versiones sonoras de las exitosas colecciones de Bayard (Petit Ours Brun, Mortelle Adèle, SamSam, Anatole Latuile, etc.), también permite importar periódicamente nuevos contenidos, sin pagar: “Somos los únicos que podemos hacerlo : cada mes descargamos entre 300.000 y 450.000 títulos con la transmisión de Radio France, lo que reúne unas 300 historias o cuentos musicales al año. Al igual que Bayard, otras editoriales infantiles han entrado en el mercado de las cajas de cuentos.

El hecho de disponer ya de los contenidos es “una fuerza sorprendente”, sobre todo porque “contamos con la confianza de familias y profesores desde hace más de 50 años”, reconoce Marie Pageault, responsable del desarrollo de los contenidos digitales de Ocio de la Escuela, cuyo Max locutor (59,90 euros) emite los títulos emblemáticos Les Trois Brigands, Cornebidouille, Cacaboudin o Chien Pourri.

Más allá de los hogares, la “biblioteca” de Bookinou también se ha apoderado de las escuelas: “etiquetada” por la Educación Nacional, permite en particular la lectura de audio sincronizada con la manipulación de un libro, lo que la convierte en “un aliado educativo” para los más de 15.000 profesores que usarlo en clase y “tiempo adicional de exposición a los libros” para los niños.