¡Siete de siete! La selección francesa no pierde una semifinal del Mundial. Nunca. Suecia pagó para saberlo este viernes, y la Blue ganó la séptima semifinal de las siete disputadas en su historia. Una victoria magnífica, al final de una actuación excepcional durante el primer acto, luego muy serena y sólida en el segundo. El domingo, los franceses intentarán conquistar su tercer mundial contra Noruega (19.00 horas), a la que habían dominado hace cinco días (24-23) para cerrar la ronda principal.
Los ‘bleus’ aprendieron perfectamente la lección de los cuartos de final. Desde el tartamudeo en el primer tiempo contra los checos el martes por la noche hasta el atronador este viernes contra los suecos, los actuales campeones olímpicos produjeron unos primeros 18 minutos de gran belleza. Hasta el punto de darse una ventaja de diez goles (13-3) ante un equipo, hay que recordarlo, invicto desde el inicio de la competición. Pero quién no logró nada en ataque contra Laura Glauser en el impulso de su demostración en cuartos con cinco paradas en los primeros cinco tiros contrarios. Y mientras ofensivamente Tamara Horacek y sus compañeras recitaban admirablemente su juego, la brecha rápidamente adquirió proporciones dantescas, obligando al técnico sueco a tomarse dos tiempos muertos en diez minutos, para intentar apagar el fuego que ardía en la casa escandinava.
Una opción rentable ya que tras el segundo, los suecos aflojaron un poco firmando un 4-0 que les mantuvo con vida (13-7, 22). Menos radiantes, las Bleus lograron, gracias a hazañas individuales como las de Lucie Granier o Estelle Nze Minko, mantener una ventaja muy clara al descanso (19-11). Una brecha que resultaría completamente prohibitiva para las suecas, que nunca lograrían acercarse a seis cuerpos de las francesas, menos brillantes que en el primer acto, pero aún muy sólidas, con cada vez la pequeña parada de Glauser o de Sako. quien hizo el bien. O el gol de un Horacek casi perfecto (9 de 10 en tiros). Tal es así que al final del partido la brecha volvió a aumentar a diez unidades, para finalmente detenerse en nueve al sonar la chicharra final (37-28). Una demostración de fuerza contra una defensa sueca que se supone es un referente actual. Excepto que en ataque, los Bleus han dado un paso adelante en este Campeonato del Mundo. Sólo les queda un paso por dar. Y no menos importante con Noruega.