Durante la noche del miércoles al jueves, «a las cuatro de la mañana», precisa un miembro del gabinete de Agnès Pannier-Runacher (Ministra de Transición Energética), el Consejo Europeo y el Parlamento alcanzaron un acuerdo sobre el funcionamiento del mercado de la electricidad en el marco del Veintisiete. Alivio y satisfacción en el campo francés: el texto está en línea con el que acordaron los ministros europeos de Energía después de meses de negociaciones a menudo tormentosas. Se ha mantenido un punto esencial: los contratos por diferencias (CFD), un medio de comercializar a un precio definido la electricidad producida por las centrales nucleares existentes en las que se han realizado inversiones. Así como la posibilidad de establecer contratos extrabursátiles (PPA) a largo plazo entre productores de electricidad y grandes consumidores. Agnès Pannier-Runacher salió a defender el principio de “neutralidad tecnológica”, que permite situar la energía nuclear y las renovables en pie de igualdad.

El acuerdo «nos ayudará a reducir aún más nuestra dependencia del gas ruso», «estabilizará los mercados a largo plazo» y «ofrecerá electricidad más asequible», resumió la ministra española de Energía, Teresa Ribera, cuyo país ostenta la presidencia de turno de la Unión Europea. El texto adoptado incluye una nueva sección sobre “la protección de los consumidores, en particular de los hogares más precarios”, precisa el gabinete de Agnès Pannier-Runacher. Aún quedan algunos pasos por recorrer para la validación del texto final y su publicación en el Diario Oficial de la Unión, pero se trata de “trámites” y ya no de negociaciones.