Después de tres años de extensas investigaciones, el expediente del “Bukkake francés” aún no está cerrado. La sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París decidió este jueves remitir el caso a investigación, según supo Le Figaro a través de una fuente judicial. Ella “ordenó información adicional para una acusación adicional sobre el cargo de violación en grupo de una persona ya acusada de otras violaciones”. Esta decisión deberá producirse “antes del 14 de abril de 2024, fecha en la que la sala de instrucción se pronunciará sobre el fondo”.

Lea también “Estaba dispuesto a todo para lograr mis objetivos”: la sórdida maquinación de un revendedor porno francés

Así, los 17 hombres sospechosos de haber participado en un sistema de violencia sexual contra una cincuentena de mujeres entre 2013 y 2020 deberán esperar cuatro meses más para saber si serán enviados a juicio y en qué fecha. La mayoría de ellos están acusados ​​de “violación” y “tráfico de seres humanos entre bandas, agravado y organizado” durante el rodaje de la plataforma pornográfica “French Bukkake”. Tres de ellos son sospechosos de ser los principales actores de un sistema sórdido: Pascal OP, el “jefe” del sitio “French Bukkake” que califica sus vídeos de “porno basura”, su socio Mathieu L. y el “tout” , Julien D., sospechoso de haber “reclutado” a decenas de mujeres para el rodaje.

El 31 de agosto, los jueces de instrucción dictaron auto de procesamiento en su contra. Pero once de los demandados y 36 partes civiles apelaron esta orden. En particular, los denunciantes querían que se mantuviera una reclasificación ascendente para que unos diez acusados ​​pudieran ser juzgados por violación acompañada de actos de tortura, sexismo y racismo.

De hecho, afirman haber sido sometidos a prácticas deshumanizantes que nunca habían consentido. Uno de ellos dijo a los jueces de instrucción: “Entro en una habitación y veo una gran fila de hombres, encapuchados o con mascarilla. Y luego me dicen: ‘Hay que darles sexo oral a todos’. Estaba llorando, mi cuerpo temblaba. Fue una tortura», según su relato, del que tuvo conocimiento Le Figaro. Por su parte, once acusados ​​habían apelado, a veces hasta el punto de pedir el sobreseimiento del caso, afirmando la mayoría de ellos que las mujeres habían dado su consentimiento y que él Fue solo actuar.