Nottingham, ciudad de las Midlands británicas, se declaró insolvente el 29 de noviembre. Tenía un déficit de £23 millones para el presupuesto 2023/2024. Cuatro municipios llevan un año en esta situación, y ocho desde hace seis años. Pero eso no es todo: la quiebra es «bastante o muy probable» para el 20% de las ciudades británicas, advierte la Asociación de Gobiernos Locales Británicos, citada por The Guardian.
Para hacer frente a esta situación, se están desarrollando planes de reducción de gastos, añade el periódico. En cause, l’inflation, et ce à double titre : celle-ci pèse directement sur le budget des communes, mais aussi sur les administrés eux-mêmes, ce qui accroît la demande en matière de services sociaux, renchérissant encore le coût pour les ciudades. Estas quiebras también están relacionadas con la disminución de las asignaciones estatales. El gobierno británico, en su presupuesto, quiere reducir los impuestos a los particulares y a las empresas para reactivar la economía. Para responder a esto, los municipios quieren aumentar los impuestos locales el próximo mes de abril. Buscan 4.000 millones de libras esterlinas.
«Los ayuntamientos utilizan todos los medios disponibles para mantenerse a flote: aumentar los impuestos municipales, aumentar las tasas, recortar servicios, aumentar la inversión empresarial, gastar reservas limitadas y vender activos, pero esto simplemente no es suficiente», subraya al periódico británico el director general de el grupo de expertos de la Unidad de Información del Gobierno Local, Jonathan Carr-West.
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En Birmingham, la segunda ciudad del Reino Unido después de Londres en términos de dinamismo económico, la ciudad se declaró en quiebra a principios de septiembre. Las nuevas directrices presupuestarias deberán anunciarse a principios de 2024. Son especialmente temidas por la comunidad cultural, que teme verse sacrificada en aras de la estabilidad presupuestaria. Algunos residentes sospechan que la ciudad quiere vender su biblioteca para ganar dinero nuevo.
Leeds, la tercera ciudad de Inglaterra, eliminará 750 puestos de trabajo, cerrará residencias de ancianos y una sala de conciertos y aumentará las tarifas de aparcamiento y asistencia social. Objetivo: ahorrar £58 millones. «Sabemos que algunas de las propuestas que hemos presentado hoy serán impopulares porque tendrán un impacto difícil en la vida de las personas», explicó James Lewis, jefe de la administración local. Más de una treintena de autoridades locales piden un aumento de la financiación, especialmente en los servicios sociales, para evitar nuevos recortes presupuestarios “dolorosos”.