Se espera con impaciencia su testimonio. Sélim, el único hijo de Michel Fourniret y Monique Olivier, deberá comparecer este miércoles a las 14 horas ante el tribunal de lo penal de Altos del Sena, donde la ex esposa del “ogro de las Ardenas” está siendo juzgada desde el 28 de noviembre por su complicidad en tres casos: la desaparición de Estelle Mouzin en 2003, el asesinato y violación de Joanna Parrish en 1990 y el asesinato de Marie-Angèle Domèce en 1988.

El hombre de 35 años, que cortó los lazos con su madre, se negó la semana pasada a hablar en la audiencia. Lo anunció en un correo electrónico que fue leído por el tribunal: “Me niego a hablar en presencia de 350 periodistas acreditados. Mi testimonio no es una representación teatral y no quiero que acabe en las redes sociales y en la prensa”, explicó para justificar su negativa. El tribunal decidió finalmente que el hijo de Michel Fourniret y Monique Olivier testifique por videoconferencia este miércoles, pero persisten las dudas sobre si hablará.

Las partes civiles esperan muchas respuestas: ¿qué sabe realmente Sélim sobre los crímenes de sus padres? ¿Recuerda el secuestro de Estelle Mouzin en Guermantes en 2003, cuando tenía 14 años? ¿Vio a la niña en casa de sus padres?

El martes, el testimonio ante el tribunal de Emi O., pianista japonesa a quien la pareja quería atraer a sus redes, demostró que Michel Fourniret y Monique Olivier utilizaban efectivamente a su único hijo como cebo. En 1998, habían insistido repetidamente en que Emi O. diera clases particulares de piano a Sélim, que tenía nueve años en el momento de los hechos. “No fue idea mía, fue idea suya [Michel Fourniret, nota del editor]. Quería atrapar a una mujer joven, lo seguí. Sélim no presenció ningún otro secuestro. Lo utilizó (como cebo, en presencia de su madre) pero sin mi consentimiento”, explicó Monique Olivier ante el tribunal de Altos del Sena.

El pasado mes de julio, el hijo del matrimonio también fue acusado de intento de violación de una joven de 16 años en el ascensor de su residencia de Niza. Si bien la fiscalía había solicitado su detención, le colocaron un brazalete electrónico con la obligación de mantenerse alejado de Niza, donde residía antes de ser acusado.