El escenario es el de Foligno, en la eterna campaña del secretario de la Liga, y el viceprimer ministro, Matteo Salvini. La frase, que se llama, el aplauso de la plaza, se encuentra en uno de los hits del ‘Capitán’: «Si mi hijo tiene hambre y me pide que le dan de comer, y en Bruselas, me dice ‘No, Mateo, las normas europeas requieren que usted no des de comer a tu hijo’, según usted, yo respeto las reglas de Bruselas o le doy de comer? Según yo, él es primero mi hijo, mis hijos son de 60 millones de italianos». Pero de ese total, 60 millones, llame ahora, también, la reacción de aquellos que no pueden oír el ‘hijo’ de Salvini. El alcalde de Milán, Beppe Sala, en primer lugar, a menudo duelo verbal con el secretario de la liga: «Salvini? No quiero ni como un tío,» responder si alguien le pregunta si se siente el hijo del vice-primer ministro.