“Un momento desafortunado”. Desde agosto, varios municipios belgas han recibido cartas de la Oficina de Inmigración solicitándoles que retiren la nacionalidad belga a los niños nacidos en Bélgica de padres palestinos, reveló en un texto publicado en noviembre el abogado Julien Wolsey, presidente de la Asociación para los Derechos de los Extranjeros. Denunciando el «timing», el abogado asegura que las solicitudes se han multiplicado desde octubre y el inicio del conflicto entre Israel y Hamás, desencadenado por el atentado del 7 de octubre.

Estas cartas afectan a la mayoría de los municipios de Amberes, Lieja, así como de la región de Bruselas y de Flandes Oriental. El diario belga Echo reveló este jueves que varios municipios habían seguido las recomendaciones de la Oficina de Extranjería y convocaron a las familias palestinas residentes en Bélgica para que la mención de la nacionalidad belga de sus hijos fuera eliminada del registro nacional. Deberá devolverse el documento nacional de identidad de los interesados.

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La secretaria de Estado de Asilo y Migración, Nicole de Moor, reconoció al Eco el envío de estas cartas, aunque negó rotundamente cualquier vínculo con el conflicto entre Israel y Hamás. “La Oficina de Extranjería está en contacto con varios municipios sobre este tema. Por ejemplo, tras una correspondencia, la ciudad de Amberes indicó que investigaría el asunto. Los contactos con los municipios existen desde agosto, es decir, meses antes del inicio del reciente conflicto. Esto debe considerarse independientemente del conflicto”, aseguró Bart Tierens, asesor de comunicación de Nicole De Moor.

Los palestinos representan la tercera nacionalidad que ha solicitado asilo en Bélgica en 2022 y 2023, detrás de los sirios y los afganos, señala Echo. En 2023, “2.595 palestinos ya solicitaron asilo en nuestro país”, detalla la firma De Moor, precisando que “su tasa de protección es alta y alcanzará el 66% en 2023”. El abogado Julien Wosley denunció la «práctica jurídicamente escandalosa» de la Secretaría de Estado, asegurando que la Oficina de Inmigración «no tenía competencia en materia de nacionalidad» y, por tanto, «haciendo retroceder a algunos municipios». Otra abogada entrevistada por Echo, Marie Doutrepont, del bufete Progress Lawyers, acusó a Nicole de Moor de “hacer inmigrantes indocumentados de ciudadanos que viven en Bélgica”.

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La oficina de De Moor asume plenamente la responsabilidad del envío de estas cartas y lo justifica por la constatación de la Oficina de Extranjería de que los palestinos de la Unión Europea «van regularmente a Bélgica para tener hijos con el fin de adquirir la ciudadanía». La nacionalidad belga y, en consecuencia, la beneficiarse de la reunificación familiar. La Secretaría de Estado denuncia «abusos» y desea luchar contra «las prácticas en las que personas que no tienen el derecho intentan poseer la nacionalidad belga».

Porque en el centro de esta controversia está el estatus de apátridas de los palestinos. Como Palestina no está plenamente reconocida por la comunidad internacional, los niños nacidos de padres palestinos en Bélgica se consideran apátridas. Excepto que el código de nacionalidad belga estipula que un niño apátrida nacido en Bélgica obtiene de facto la nacionalidad belga. Un caso único en Europa. Sin embargo, esta disposición no se aplica si el niño puede obtener otra nacionalidad. En este caso, sería la nacionalidad palestina. Queda por ver si se trata de una nacionalidad en el sentido jurídico del término. Por tanto, este litigio acabó en los tribunales belgas. Los cinco tribunales de apelación de Bélgica dictaminaron así que los palestinos no eran apátridas. El Tribunal de Casación debe dictar sentencia pronto.