¿Cómo podemos reforzar aún más el arsenal jurídico y de seguridad del Estado frente a la amenaza islamista? Mientras que el atentado con arma blanca en París, perpetrado el sábado por un joven francés con una lima S, ha relanzado el debate en torno a las «medidas cautelares» propuestas por el ministro del Interior y las «detenciones de seguridad» mencionadas por el presidente de la RN, el gobierno pretende ser firme. Adentrándose en un territorio que no es el suyo, Bruno Le Maire, invitado de France 5 el lunes por la noche, esperaba, «en lugar de asistir a la multiplicación de propuestas», que toda la clase política buscaría «soluciones apropiadas». Motivo por el cual el jefe de Bercy “pidió que se dé un nuevo paso en la lucha contra la Jihad Islámica”. Y “que entendamos lo que nos está pasando a todos”. Especialmente en las redes sociales. Plataformas en las que “probablemente se puedan encontrar soluciones para luchar contra la Jihad Islámica”.

Para respaldar mejor su punto, el Ministro de Economía, que no oculta sus ambiciones para 2027, establece un paralelo con el intercambio de imágenes de pornografía infantil. “Si los transmitías o los transmitías, hace unos años, no estaba sancionado. Finalmente, fue sancionado con dos años de prisión. Esta sanción se endureció hasta cinco años de prisión, recordó el ministro de Economía. ¿Qué pasa con la difusión de imágenes de sitios islamistas? Nada. Sin sanciones”. Al alzar así la voz, Bruno Le Maire oye sonar la alarma. Una forma de luchar contra la “verdadera cruzada” que “está emprendida contra nosotros” y “a la que debemos resistir”.

Afirmando que no es ni Ministro del Interior ni Ministro de Justicia, el Ministro de Economía pidió a todas las fuerzas políticas que piensen en formas de contrarrestar esta amenaza, “mucho más global de lo que pensábamos, mucho más radical, mucho más ideologizada”. “¿Qué soluciones podemos ofrecer?”, preguntó. Si Gérald Darmanin habló estos últimos días de un “fracaso” en el seguimiento psicológico del atacante islamista, Bruno Le Maire se ha diferenciado de su colega. Y va más allá: “Es un fracaso colectivo. Cuando hay un hombre asesinado en el corazón de París, prefiero que le pongamos nombre a las cosas”.