El coordinador de La France insoumise, Manuel Bompard, pidió el domingo «no dar un significado general» al ataque con cuchillo perpetrado en París por un islamista que padecía trastornos psiquiátricos y que dejó un muerto, considerándolo primero como el acto «de una persona claramente desequilibrado. También expresó en LCI su «miedo» y su «emoción» tras la muerte de un turista germano-filipino el sábado cerca del puente Bir Hakeim, no lejos de la Torre Eiffel.

El agresor, un francés nacido en 1997 y de padres iraníes, habría dicho a los agentes de policía que le detuvieron que «ya no podía soportar ver morir a musulmanes, tanto en Afganistán como en Palestina», según el ministro de Defensa. Gérald Darmanin.

«No creo que todas las personas que se sienten conmovidas por la situación en Oriente Medio se solidaricen con el acto de un desequilibrado como éste», argumentó Manuel Bompard. El diputado de Bocas del Ródano subrayó que tras este ataque, que también dejó dos heridos y por el que la fiscalía antiterrorista abrió una investigación, «se harán preguntas».

“¿Cómo es posible que una persona que estaba en el expediente S haya escapado claramente de la vigilancia, cuál era el estado de su seguimiento psiquiátrico?”, preguntó, en referencia a los trastornos psiquiátricos que presuntamente padecía el agresor.

Manuel Bompard destacó, sin nombrarlos, a los dirigentes de la derecha y de la extrema derecha, quienes, “antes de tener las primeras informaciones, explicaron que era necesario expulsar a todos los expedientes S”. “Ahí resulta que, en este caso, se trata de una persona que es de nacionalidad francesa por lo que no íbamos a expulsarlo”, subrayó.

Por el contrario, “veo claramente que, por ejemplo, la cuestión de la locura de este individuo parece estar completamente eliminada de su parrilla de lectura”. «Sin embargo, me parece que este es uno de los temas que habrá que examinar después de esta tragedia», insistió, señalando que «la psiquiatría en Francia se encuentra en un estado deplorable».

«Evitemos soluciones simplistas», instó Manuel Bompard, como la de «crear más plazas penitenciarias», porque la cárcel es «una escuela de vicio», una «fábrica de reincidencia».