La victoria electoral de la extrema derecha fue confirmada oficialmente el viernes en Países Bajos, mientras su líder, Geert Wilders, lucha por formar una coalición de gobierno con otros partidos opuestos a sus posiciones islamófobas.
La comisión electoral holandesa confirmó que el Partido de la Libertad (PVV) de Wilders ganó 37 de los 150 escaños de la cámara baja, un avance de extrema derecha que provocó conmociones en todo el país y más allá de sus fronteras.
Ahora todas las miradas están puestas en la capacidad del político del famoso peinado con agua oxigenada para formar una coalición de gobierno y convertirse en el primer jefe de gobierno de extrema derecha del país, mientras las primeras discusiones se tornaban acaloradas.
En el sistema político holandés, altamente fragmentado, donde ningún partido es lo suficientemente fuerte como para gobernar solo, las elecciones suelen ir seguidas de meses de negociaciones para formar una coalición.
Al final de la votación, Geert Wilders se mostró favorable a una coalición con el partido reformista Nuevo Contrato Social (NSC, 20 escaños), el Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB, siete escaños) y el Partido Popular por la Libertad. y Democracia (VVD, 24 escaños), de centro derecha, de la que procede el primer ministro saliente, Mark Rutte.
Necesita 76 escaños para formar una coalición estable y la comisión electoral ha confirmado que los cuatro partidos combinados lo conseguirán sin problemas. El PVV debería poder contar con el BBB, nacido de las protestas del sector agrícola contra los proyectos gubernamentales para reducir las emisiones de nitrógeno, que se impuso en las elecciones provinciales de marzo, convirtiéndose en el mayor partido en el Senado.
Pero para tener una mayoría, Geert Wilders también necesita el VVD y el NSC, creado el verano pasado por el popular diputado Pieter Omtzigt. Sin embargo, hasta ahora estas dos partes se han negado a iniciar negociaciones.