(Ciudad del Vaticano) “Podemos reírnos de Dios […], pero sin ofender los sentimientos religiosos de los fieles”, advirtió el Papa Francisco el viernes por la mañana mientras recibía a un centenar de comediantes de una quincena de países, una luz aparte antes de acudir a la Cumbre del G7.
De hecho, Francisco llegó a mitad del día a Apulia, en el sur de Italia, donde participa –por primera vez para un Papa– en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de los siete países más ricos, durante una sesión dedicada a inteligencia artificial (IA).
El viernes por la mañana, ante su ya conquistado público de comediantes, el pontífice de 87 años se metió el pulgar en la oreja derecha y movió los dedos, un gesto que provocó risas y aplausos: “En lugar del discurso, hago esto”, dijo sonriendo.
Asistieron los comediantes estadounidenses Whoopi Goldberg (Sister Act), Julia Louis-Dreyfus (Seinfeld), Chris Rock y Jimmy Fallon, así como el francés Manu Payet, aunque la mayoría de ellos procedían de Italia.
Algunos también vinieron de Irlanda, Colombia, Alemania, uno de ellos llegó incluso del muy lejano Timor Oriental, donde Francisco viajará en septiembre.
“¿Podemos reírnos de Dios? «, dijo el Papa a los artistas, antes de dar su propia respuesta: «Ciertamente, mientras jugamos y bromeamos con las personas que amamos».
Sin embargo, se apresuró a matizar inmediatamente esta aparente luz verde: “Podemos hacerlo, pero sin ofender los sentimientos religiosos de los fieles”.
Una posición que tiene especial resonancia dada la conmoción que suscitaron sus declaraciones de 2015 tras el atentado yihadista que acababa de diezmar la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo en París.
Cuestionado sobre la libertad de expresión de los caricaturistas tras el sangriento atentado, respondió: “Si un gran amigo habla mal de mi madre, puede esperar un puñetazo, y eso es normal. ¡No podemos provocar, no podemos insultar la fe de los demás, no podemos burlarnos de ella! »
Declaraciones que fueron interpretadas en su momento como una cuasi justificación del ataque. Sus autores querían castigar a los periodistas de Charlie Hebdo, un periódico de tono abiertamente ateo y anticlerical, que había publicado, en particular, caricaturas del profeta musulmán Mahoma.
El Papa también elogió el viernes el papel social positivo de los comediantes: “Tienen el poder de difundir serenidad y sonrisas”.
“Vuestro talento es un regalo precioso, porque con una sonrisa infunde paz en el corazón de las personas, ayudándonos así a superar las dificultades y a soportar el estrés diario”, les animó.
«Fue muy formal y al mismo tiempo bastante relajado», dijo a la AFP Manu Payet, quien, acompañado de su madre, ofreció al Papa un mapa de la isla de Reunión, de la que es nativo.
Señaló “una especie de irreverencia respetuosa, bastante bonita y muy conmovedora” y se mostró marcado por la “modernidad” del Papa.
“Hoy sus palabras han hecho que nuestra fantasía sea inteligente, necesaria. Es muy conmovedor”, añadió.