La Comisión Europea constató el viernes «un aumento de las llegadas» de inmigrantes a la frontera entre Rusia y Finlandia y denunció su «vergonzosa explotación» por parte de Moscú. Finlandia anunció el jueves 16 de noviembre el cierre de parte de su frontera con Rusia, acusando a Moscú de intentar desestabilizar el país permitiendo que los inmigrantes crucen la frontera.

«La Comisión observa un aumento en las llegadas de solicitantes de asilo indocumentados desde Rusia a Finlandia», dijo el portavoz de la Comisión, Christian Wigand, en la rueda de prensa diaria. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, habló el jueves con el primer ministro finlandés, Petteri Orpo.

“La explotación de los inmigrantes por parte de Rusia es vergonzosa. Apoyo plenamente las medidas adoptadas por Finlandia. Y agradezco a los guardias fronterizos finlandeses por proteger nuestras fronteras europeas”, declaró en X (antes Twitter) tras esta llamada telefónica. Finlandia, que comparte una frontera de 1.340 kilómetros con Rusia, ha visto una afluencia de inmigrantes sin visa procedentes de Oriente Medio y África, en particular Irak, Somalia y Yemen, desde finales de agosto, según sus guardias fronterizos.

El gobierno finlandés sospecha que Moscú intenta desestabilizar al país nórdico, que se unió a la OTAN en abril. En agosto, Polonia acusó a Bielorrusia, un aliado de Moscú, y a Rusia de orquestar una ola de migraciones para desestabilizar la frontera polaca.

Ya en 2021, Minsk había sido acusada de haber organizado desde su territorio una afluencia de inmigrantes, procedentes de Oriente Medio, hacia las fronteras de la UE. Luego, miles de exiliados cruzaron o intentaron cruzar la frontera de Letonia, Lituania y Polonia.