¿El arma definitiva para ganar la “guerra de los túneles”? Israel está considerando utilizar “bombas esponja” para intentar sellar los túneles de Hamás excavados en los sótanos de Gaza, según el diario británico The Telegraph. En realidad, estas “bombas esponjosas” no contienen explosivos, sino que crean, mediante una reacción química, “una explosión repentina de espuma que se expande rápidamente y luego se endurece”, informa el periódico británico. De este modo, permitirían bloquear las entradas de los túneles o las brechas por las que pueden salir los combatientes de Hamás.
Según el Telegraph, esta nueva arma ha sido desarrollada durante varios años por Israel, y se ha visto a soldados de las FDI “desplegando estos dispositivos durante ejercicios en 2021”. “El ejército instaló un falso sistema de túneles en la base militar de Tze’Elim, cerca de la frontera con Gaza”, añade el diario.
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Desde el inicio del conflicto, tras el ataque de Hamás el 7 de octubre, Israel ha tratado por todos los medios de destruir las infraestructuras militares de Hamás excavadas bajo la Franja de Gaza. Esta red subterránea, descrita por el Modern War Institute de la academia militar estadounidense de West Point como una “pesadilla subterránea”, estaría compuesta por miles de galerías. Según estimaciones de los especialistas, estos túneles se extenderían entre 300 y más de 500 kilómetros y se excavarían a una profundidad de 40 a 50 metros. También habrían estado equipadas con sofisticados medios de comunicación, iluminación e incluso ventilación.
Se creó una unidad israelí especializada para explorar estos túneles utilizando herramientas tecnológicas como drones, sensores, sistemas de visión térmica, etc. El Estado judío ha intentado varias veces destruir estas instalaciones en los últimos años, haciéndolas volar o utilizando excavadoras. En vano, Hamás siempre ha logrado reconstruirlos. Esta vez, las “bombas esponja” podrían permitir a Israel obtener una ventaja militar significativa. Este “sistema de espuma expansible a base de espuma” podría llenar superficies de varias decenas de metros cúbicos, de modo que los túneles quedarían permanentemente inutilizables, según el Telegraph.
Estas “bombas” están formadas por dos líquidos contenidos en una misma bolsa y que están separados por un tabique metálico. Cuando son arrojados a los túneles, los dos productos se mezclan provocando una reacción química. Luego se propaga un maremoto de espuma antes de expandirse y endurecerse para bloquear las cavidades del túnel. Estos líquidos no provocan explosiones y por tanto limitan los daños colaterales. También son resistentes al agua y a los productos químicos y no inflamables. Por lo tanto, Hamás tendría que perforar para cruzarlos.
Israel, sin embargo, aún no ha confirmado el uso de estas “bombas esponja”. De hecho, el riesgo sería condenar a los 240 rehenes retenidos por Hamás y que se encontrarían en estos túneles, así como a la población civil palestina que se refugia para protegerse de los bombardeos.