La voz de Rachida Dati resuena en la gran sala del Consejo de París. “¿Quién pagó el viaje? ¿Qué opinas del viaje?”, dice, fuera del micrófono, la principal rival de Anne Hidalgo, dirigiéndose a los representantes electos de la mayoría. Y continúa: “Nosotros pagamos nuestros viajes, no hacemos que los parisinos los paguen”. “¡Pero cállate!”, responden algunos cargos electos de izquierda. “Qué nivel…” se lamenta uno de ellos.

Como era de esperar, el muy controvertido viaje semiprivado y semipúblico de tres semanas del alcalde a Tahití a finales de octubre fue invitado al Consejo de París el martes. ¿Podría haber sido de otra manera? La derecha parisina aprovechó el debate sobre la orientación presupuestaria para encender la chispa. La oportunidad de ofrecer un nuevo -y ahora clásico- mano a mano entre Anne Hidalgo y Rachida Dati. Al denunciar “un presupuesto poco sincero”, el jefe de la derecha en París señaló los “informes de gastos opacos” que permiten financiar “viajes injustificados”.

Antes de atacar: “En su actitud, como demuestra en cada Consejo de París, hay despreocupación. El mismo que te cuesta mucho dinero durante tu viaje a Tahití. Esta mañana hemos vuelto a saber que disponían de un helicóptero”, prosiguió el líder del grupo Changer Paris. Según un periodista de L’Opinion, la alcaldesa de París habría utilizado un helicóptero durante su visita a Isla de Pinos como parte de su viaje. Entre bastidores, un funcionario electo de derecha se ríe: “¡Para nosotros es un regalo!”

Anne Hidalgo, que sabía que se burlarían de ella, había preparado la respuesta. Nuevamente, el alcalde de París niega cualquier uso de un helicóptero: “Señora Dati, si encuentra algún rastro de un helicóptero, hágamelo saber porque no he visto ninguno”. Luego acusa a su oponente de derecha de haber aumentado deliberadamente la presión sobre el tema para atraer a los medios de comunicación al Consejo de París. “Llamaste a la prensa para que hubiera un espectáculo”, denuncia. Antes de dirigirse a la tribuna de los periodistas: “¡Señoras y señores, están convocados al show de Dati!”, deslizando de paso que la derecha no había logrado ganar en París desde hacía veinte años.

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Durante la pausa para el almuerzo, un funcionario electo de derecha informa: “Esperábamos una respuesta un poco más dura de su parte, lo que demuestra que tiene fiebre”. Al comienzo de la tarde, Anne Hidalgo ya no preside la sesión y es sustituida por uno de sus suplentes. “Después de tres semanas en Tahití, ni siquiera hace el esfuerzo de venir en todo el día”, bromea un funcionario electo de la oposición. Pero, incluso cuando está ausente, a Anne Hidalgo le siguen zumbando los oídos.

David Alphand, asesor de LR de París, se lo pasa genial: “Nos pediste algunos ejemplos de ahorros que se podrían hacer en esta ciudad. Ofrezco un ahorro de 60.000 euros, o un ahorro de un viaje al otro lado del mundo”, se burla. “¿Quién puede decir honestamente que este viaje fue apropiado? La derecha parisina, como la mayoría de los parisinos, responde que no. Sólo la señora Hidalgo no ve el problema. Desde el punto de vista presupuestario y financiero, es abrumador”, brama este funcionario electo del distrito 16.

“Hoy nos hicimos cosquillas, pero mañana haremos las preguntas molestas. Veremos si obtenemos respuestas”, anuncia Geoffroy Boulard, alcalde de LR del distrito 17, mientras que para este miércoles por la tarde está prevista una sesión de preguntas con el ejecutivo. “Tuvimos un adelanto hoy. Así que mañana tendremos el resto del boceto”, suspira desde el hemiciclo Paul Simondon, teniente de alcalde encargado del presupuesto. “¿Un bosquejo? Pero que pena. ¡Es dinero francés!”, responde Rachida Dati, punto por ojo, unas filas más adelante. En las filas de los ambientalistas, aliados de Anne Hidalgo, contamos las balas. Fatoumata Koné, la presidenta del grupo, parece cansada. Ella confiesa: “En realidad, los duelos entre Rachida Dati y Anne Hidalgo tienen lugar en cada Consejo de París. La vista no es bonita. Cuando miramos todo el trabajo que estamos haciendo desde la perspectiva del Consejo de París, sabiendo que lo único que recordaremos es la controversia sobre Tahití…”