En muchos aspectos es la medida estándar de inflación. La baguette se ha encarecido con el paso de los años. Su precio ha pasado de menos de 1 franco en el último siglo a más de 1 euro en la actualidad. Para responder a la crisis inflacionaria de los últimos meses, que ha incrementado el precio de la tradicional baguette unas decenas de céntimos, un panadero del norte de Francia ha decidido ofrecer su baguette “a precio libre”. El coste de su pan lo decide el propio cliente, partiendo de un precio mínimo de 60 céntimos, muy por debajo de las prácticas del mercado.
La operación “antiinflacionaria” se organiza durante todo el mes de noviembre en las tres panaderías Mamatte del Somme y del Norte. “La baguette es un producto de primera necesidad. El período es complicado para todos, lo vemos en el nivel de ventas de los llamados productos de placer. Quería participar para ayudar a los más necesitados”, indica el fundador de la marca, Maxime Lefebvre, entrevistado por nuestros compañeros de Le Parisien/Aujourd’hui en Francia.
De las 1.500 baguettes que se venden cada día en estos establecimientos, entre el 20 y el 25% se venden por 60 céntimos, entre el 10 y el 15% por 80 o 90 céntimos y la gran mayoría por 1 euro, el precio habitual. “Algunos (clientes) pagan por ello 1,50 euros, diciendo que quieren beneficiar a personas en dificultades y que la operación puede durar más de un mes”, especifica el responsable comercial.
No es seguro que la operación dure para siempre. Su coste, en el que Maxime Lefebvre apenas se detiene, debe ser sustancial. Lo cierto es que su iniciativa es muy bien recibida por los clientes. A principios de año, varios cientos de panaderos se manifestaron en París para expresar su preocupación en un contexto de aumento de los precios de la energía y las materias primas.