Empleados y liberales: unos 3.500 médicos, opuestos a la abolición de la ayuda médica estatal (AME) para los inmigrantes indocumentados, se comprometen a “desobedecer” si el sistema desapareciera. En un llamamiento enviado a la AFP el sábado, se comprometen a «seguir tratando gratuitamente a estos pacientes».

«Yo, médico, declaro que seguiré atendiendo gratuitamente a pacientes indocumentados según sus necesidades, de acuerdo con el juramento hipocrático que he pronunciado», indica esta «declaración de desobediencia» firmada por 3.500 profesionales de la salud.

Este texto fue iniciado por dos psiquiatras jefes de departamento de los hospitales Henri Mondor de Créteil y del CHI de Créteil, los profesores Antoine Pelissolo y Jean-Marc Baleyte.

“Seré indiferente a sus condiciones sociales o económicas, así como a su idioma y su nacionalidad”, prometen los firmantes. “La ética prescribe la atención adecuada a cada persona que me consulta. La sabiduría denuncia la falta ética y de paso el error epidemiológico”, prosiguen. Antes de concluir: “pacientes de aquí y de fuera, mi puerta está abierta para ustedes. Y así seguirá siendo.

La AME cubre el 100% de los gastos sanitarios de los extranjeros presentes en suelo francés durante al menos tres meses. Sus detractores lo acusan de generar un “borrador” para la inmigración ilegal y de costar “demasiado caro”, actualmente 1.200 millones de euros al año para 400.000 beneficiarios (3.000 euros al año por beneficiario).

Durante la consideración del proyecto de ley de inmigración esta semana, el Senado adoptó una enmienda que lo elimina y lo transforma en “ayuda médica de emergencia”. El gobierno no se opuso, pero el ministro del Interior, Gérald Darmanin, indicó desde entonces que “no quiere” que el texto permanezca como está.

“Han fichado muchos médicos privados, médicos generales o especialistas. Si ven a un paciente no cubierto, no les pagarán. Es una posición muy sólida”, explicó el profesor Pelissolo. “En los hospitales esto es realmente desobediencia. No puedo declarar una consulta. En el caso de hospitalización, ésta será a cargo del hospital. «Es mi decisión incluso si va en contra de las reglas habituales del hospital», dijo.

Entre los otros firmantes se encuentran el médico de urgencias Patrick Pelloux, Julie Chastang, vicepresidenta de la Facultad de Medicina General y el nefropediatra Rémi Salomon.

3.000 cuidadores, entre ellos médicos, pero también profesionales paramédicos, ya firmaron la semana pasada una columna en Le Monde, pidiendo la preservación de este sistema de “salud pública”.