Le Figaro Niza

¿Está seriamente amenazada la tranquilidad de Blausasc, un pequeño pueblo maralpino de 1.600 habitantes? “¡No!”, asegura inmediatamente su alcalde, Michel Lottier, a Le Figaro. Pero el concejal republicano prefiere prepararse contra todos los riesgos, especialmente en el clima actual, que apenas lo tranquiliza incluso en su región situada en el valle de Paillon (Alpes Marítimos). “Preferimos ser aún más pacíficos”, asume.

Por este motivo, contrató a dos guardias de seguridad, al menos hasta las vacaciones de Navidad, para proteger dos escuelas del pueblo, pero también la guardería y la casa de las niñeras, anunció en su página Facebook el 4 de noviembre. Llamó a la agencia «Monaco Sécurité», cuyos hombres se turnarán para vigilar las entradas de estos establecimientos durante las horas de apertura y cierre.

Leer tambiénAmenaza terrorista: Christian Estrosi reitera su pedido de un policía en cada escuela

«Recibimos instrucciones de la prefectura de aumentar el nivel de vigilancia frente a las escuelas utilizando nuestra policía municipal», explica Michel Lottier, ex policía. Si le preguntamos esto a nuestra guardia rural, ya no tendremos a nadie que vigile al resto del pueblo. Entonces llamamos a estos agentes”. Y esto tranquiliza a padres y alumnos, asegura, aunque al principio pueda resultar sorprendente.

Estos guardias de seguridad no podrán ingresar al establecimiento. Permanecerán en la vía pública, especifica además el alcalde, para seguir siendo legales. En cuanto al coste de este servicio, no quiso indicarlo. “Preservar vidas no tiene precio”, insiste Michel Lottier, quien se cuestionará la pertinencia de extender -o no- este sistema durante todo el año escolar. Hasta el regreso al colegio el 6 de noviembre y la nueva presencia de estos agentes de seguridad privada, la localidad de Blausasc no había registrado ningún disturbio particular relacionado con el conflicto entre Israel y Hamás.