El lunes (6 de noviembre), Roma concedió la ciudadanía italiana a un bebé británico gravemente enfermo que se encuentra en el centro de una batalla legal en el Reino Unido sobre si debe seguir recibiendo atención.
Los padres de Indi Gregory han lanzado una batalla contra los médicos británicos que recomiendan interrumpir el soporte vital de su hija de ocho meses, que padece una enfermedad mitocondrial. Los médicos dicen que continuar el tratamiento es doloroso e inútil. En respuesta, Dean Gregory y Claire Staniforth expresaron su deseo de trasladar a su pequeña al hospital Bambino Gesu de Roma, propiedad del Vaticano, que se ofreció a tratarla.
Pero la semana pasada, un juez del Tribunal Superior inglés falló en contra, diciendo que tal transferencia no sería lo mejor para la niña. Menos de una hora antes de que expirara el lunes el plazo legal durante el cual los médicos no podían comenzar a interrumpir el tratamiento, la primera ministra italiana, Giorgia Melonia, convocó un consejo de ministros para conceder la ciudadanía italiana al bebé.
“Dicen que no hay muchas esperanzas para la pequeña Indi, pero haré todo lo posible hasta el final para defender su vida. Y defender el derecho de su madre y su padre a hacer todo lo que puedan por ella”, dijo en las redes sociales Giorgia Meloni, cuyo partido de extrema derecha promueve los valores católicos tradicionales. Su gobierno dijo que la decisión de conceder la ciudadanía se tomó tras una petición de los abogados de los padres, añadiendo que Roma se había ofrecido a cubrir los costes del tratamiento médico del bebé.
El padre de Indi agradeció al gobierno italiano en un comunicado difundido por el grupo Christian Concern que apoya a la pareja. “Mi corazón se llena de alegría ante la idea de que los italianos nos hayan dado a Claire y a mí esperanza y fe en la humanidad”, dijo. «Los italianos nos han mostrado atención y apoyo amoroso y me gustaría que las autoridades británicas hicieran lo mismo», añadió.
Sin embargo, sigue siendo difícil establecer de inmediato el impacto de esta decisión. Indi, que nació el 24 de febrero en Nottingham, centro de Inglaterra, padece una enfermedad mitocondrial, una afección que impide que las células del cuerpo produzcan energía y para la que no existe cura según las autoridades sanitarias británicas.