El viernes por la tarde, 40.000 personas viajaron al Paris La Défense Arena, en Nanterre, para ver a 50 Cent celebrar el vigésimo aniversario de su primer álbum, Get Rich or Die Tryin’. Un clásico. Por lo tanto, los jóvenes de veinte años se mezclaban con los de treinta, cuarenta e incluso cincuenta años en el foso y en las gradas abarrotadas. Pero antes de verlo en el escenario, el rapero neoyorquino ahorró sus efectos. Como todo artista que se precie, evidentemente no empezó a la hora indicada en el cartel, es decir, las 19.00 horas.
El cantante Jeremih estuvo a cargo de la primera parte… mientras el público tomaba asiento en la sala. A las 20.35, tras algunos pitos de descontento, entró Busta Rhymes. Acompañado de su compañero Spliff Star, el rapero de 51 años, siempre sonriente y dispuesto a hacer algo de humor, ofreció un popurrí de sus mejores temas. En Look At Me Now, demostró que no ha perdido nada de su energía ni su rapidez en la entrega. Su pasaje se cerró con un poderoso “¡No hagas que esta mierda haga que un negro quiera, salta, salta!” de Pass the Courvoisier (Parte II). La habitación está en llamas. Pero se enfriará rápidamente mientras esperamos al que todos vinieron a ver.
A las 22:02, las luces se apagaron nuevamente, las sirenas sonaron para perforar los tímpanos, un rectángulo transparente rodeado de neón y humo se abrió para revelar 50 Cent. Estamos en Some Shit, Wanksta, I Get Money, Lo odio o lo amo, Si no puedo, Magic Stick, Cómo lo hacemos, Just a Lil Bit, Ayo Technology… El rapero interpretó una serie de títulos. Para Candy Shop, uno de sus mayores éxitos, el artista se tomó un tiempo para reaparecer suspendido en medio de pantallas en movimiento.
Disco Inferno, Window Shopper, Best Friend, 21 Preguntas… Durante todo el programa, 50 Cent estuvo rodeado por el ex miembro de G-Unit Tony Yayo y el tío Murda. El rapero obedece, bailarines con poca ropa subían regularmente al escenario para hacer twerking lascivamente. Algo inusual en los conciertos de rap es que los músicos se mezclan con los instrumentos. Al igual que Beyoncé, la artista sacó parte de su guardarropa Louis Vuitton para la ocasión. Al igual que Arturo Brachetti, 50 Cent incluso pasó de un chándal rojo a un conjunto blanco en apenas unos segundos y luego reprodujo el mismo efecto con varias camisetas… Louis Vuitton. Aún sin renunciar a sus enormes collares de diamantes, anillos de diamantes y relojes de lujo.
En las gradas, algunos espectadores enloquecidos, coreaban a coro las letras de los títulos. Otros hicieron videollamadas para compartir su momento. Para Put It Down on Me, Jeremih regresó al escenario. A continuación, la cantante cantó Birthday Sex al piano, en la que una joven terminó con las piernas abiertas y la cabeza del artista en medio de sus muslos.
El programa estuvo marcado por un homenaje a Pop Smoke, asesinado a balazos en febrero de 2020, y por la retransmisión de la entrevista a Duane “Keefe D”, acusado del asesinato de Tupac Shakur 27 años después del hecho. A las 23:12, en Da Club, los láseres y el confeti parecieron marcar el final del concierto pero 50 Cent regresó por otros veinticinco minutos. Si algunos se sintieron conquistados por el espectáculo, otros se quedaron con ganas de más y les hubiera gustado que durara un poco más. Como premio de consolación, podrán volver a ver sin cesar los vídeos grabados con su smartphone.