Después de su foto con el rostro ensangrentado que dio la vuelta al mundo el domingo pasado durante los incidentes de OM-OL, Fabio Grosso rompió su silencio. El técnico del Lyon, que se enfrenta al Metz el domingo durante la undécima jornada de la Ligue 1, dio su punto de vista tras el aplastamiento del autobús del Ródano. Según él, hay que tener en cuenta los fallos en el sistema de seguridad.

“Tengo la impresión de que el autobús no debería haber hecho este recorrido”, afirma el técnico italiano, campeón del mundo en 2006, con gorra en la cabeza y un ojo morado. Entramos al estadio con dos motos y dos patrulleros y luego salimos con 25 camionetas y motos. Hacemos las cosas después pero debemos hacerlas primero. Las decisiones deben ser importantes. No hablo de deporte sino de seguridad para nosotros. Soy yo, pero podría haber sido cualquiera en nuestro autobús y en el de la afición.