Tres rusos han sido acusados ​​de exportar ilegalmente componentes electrónicos de drones utilizados por el ejército de Moscú en la guerra de Ucrania, anunció el miércoles la justicia estadounidense, un día después de otras tres acusaciones contra rusos en un caso relacionado. La fiscalía federal de Brooklyn presentó el martes cuatro cargos, entre ellos el de conspiración para exportar ilegalmente componentes para empresas vinculadas al ejército ruso, contra Nikita Arkhipov, Nikolai Grigorev y Artem Oloviannikov, según un comunicado de prensa.

Nikolai Grigorev, residente de Brooklyn, el distrito más grande de Nueva York, fue arrestado el miércoles, pero sus dos presuntos cómplices siguen sin ser localizados. «Estos acusados ​​construyeron un sofisticado montaje, en violación de las sanciones estadounidenses, para impulsar el esfuerzo bélico de Rusia» en Ucrania, denunció el fiscal federal Breon Peace, citado en el comunicado. Una empresa con sede en Brooklyn, Quality Life Cue (QLC), recibió “más de 250.000 dólares de una entidad rusa bajo sanciones estadounidenses para adquirir y exportar componentes electrónicos a empresas en Rusia involucradas en el desarrollo y fabricación de drones para la guerra rusa en Ucrania”. según los tribunales.

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“En Brooklyn y en todo el mundo, nuestros servicios nunca dejarán de garantizar que las tecnologías militares estadounidenses no caigan en las manos equivocadas”, advirtió el Fiscal Paz. El fiscal adjunto Matthew Olsen confirmó que «sólo en los últimos dos días el Departamento de Justicia y las fuerzas del orden han arrestado y acusado a numerosos individuos acusados ​​de esquemas sofisticados para adquirir, ocultar y exportar ilegalmente componentes electrónicos de Estados Unidos a las Fuerzas Armadas rusas. De hecho, el martes, otros dos hombres y una mujer rusos fueron arrestados, acusados ​​y detenidos en Nueva York por haber exportado desde Estados Unidos componentes electrónicos utilizados en armas rusas y encontrados en Ucrania.

Nikolaï Goltsev, de 37 años, y su esposa, Kristina Puzyreva, de 32 años, de nacionalidad canadiense y rusa, originarios de Montreal, así como Salimdzhon Nasriddinov, de 52 años, con doble nacionalidad rusa y tayika y residente en Brooklyn, son sospechosos de haber “ enviado» en 2022 y este año «en el campo de batalla ruso más de 300 envíos de material restringido, por un valor aproximado de 10 millones de dólares», según la justicia federal. Estos tres rusos también supuestamente utilizaron dos empresas de Brooklyn para obtener componentes electrónicos y circuitos integrados que luego se exportaban ilegalmente a Rusia.