Alemania y Estados Unidos expresaron el miércoles 4 de octubre su preocupación por un adolescente iraní que supuestamente fue víctima de un altercado con las fuerzas de seguridad en el metro de Teherán y desde entonces se encuentra en coma.

“En Irán, una joven vuelve a luchar por su vida. Sólo porque podías verle el pelo en el metro. Esto es intolerable”, escribió la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, en X, antes Twitter. Por su parte, el enviado especial estadounidense para Irán, Abram Paley, afirmó el “Estamos monitoreando la evolución de su estado de salud. Seguimos apoyando al valiente pueblo de Irán y trabajando con el mundo para responsabilizar al régimen por sus abusos”, añadió Abram Paley.

Según la ONG Hengaw, con sede en Noruega, la joven de 16 años, Armita Garawand, resultó gravemente herida durante un altercado en el metro con miembros femeninos de la policía moral. Este caso fue objeto de numerosas discusiones en las redes sociales, circuló un vídeo que mostraba, según algunos, a la joven, aparentemente sin velo, siendo empujada hacia el metro por agentes de policía. Luego se lleva un cuerpo inanimado. Originaria de la ciudad de Kermanshah, en el oeste predominantemente kurdo de Irán, la niña vive en Teherán, según Hengaw.

La ONG Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega, pidió “una investigación internacional independiente” acusando a Teherán de tener “una larga historia de distorsionar hechos y ocultar pruebas de sus crímenes”. «La República Islámica continúa acosando y reprimiendo a las mujeres con el pretexto de luchar contra las violaciones del hiyab obligatorio», afirmó su director, Mahmood Amiry-Moghaddam. Según esta ONG, el estudiante está siendo tratado en el hospital Fajr de Teherán, en una unidad bajo alta seguridad. Publicó una foto de Armita Garawand en su cama de hospital, conectada a un tubo gástrico, con la cabeza y el cuello cubiertos con vendas.

Sus padres concedieron una entrevista a los medios estatales iraníes en el hospital «bajo una presión considerable» y «en presencia de agentes de seguridad de alto rango», afirmó Hengaw.