¿Se instaló una “sala de oración” durante un viaje escolar organizado por el colegio público de Clermont en Pau? ¿Es esta decisión contraria al laicismo? Estas preguntas llevan varios días agitando a la comunidad educativa de la universidad y a los padres.

Acompañados por su profesor SVT, los alumnos de 4º de primaria del colegio Clermont de Pau realizan un viaje anual de geología a Arette, en los Pirineos. Este año se realizarán varias clases del 27 de septiembre al 6 de octubre para explorar estos paisajes montañosos. Sin embargo, “los profesores de la República proporcionarán a los estudiantes musulmanes una sala de oración”: es lo que denunció un profesor del colegio de Clermont, el 22 de septiembre, al colectivo “Parents Vigilants”. Este colectivo no es neutral: es una red de padres comprometidos, lanzada en 2022 por el partido político Reconquête.

En su testimonio anónimo, el profesor denuncia “un alejamiento vergonzoso del laicismo”. Según una carta consultada por Le Figaro, la dirección de su establecimiento cedió ante un «colectivo de padres» que ya llevaba varios años pidiendo la implantación de un sistema de este tipo. Este año, estos padres de estudiantes incluso “amenazaron con poner en peligro económicamente” la estancia. El profesor, que dice tener miedo a represalias, hasta ahora no ha querido responder directamente a nuestras preguntas. La polémica se hizo nacional cuando, el 27 de septiembre, el periódico Valeurs Actuelles retomó el asunto y acusó a la dirección del colegio de Clermont de haber cedido a la presión comunitaria de las familias musulmanas, informando «una nueva capitulación ante la ofensiva islamista».

Contactado por Le Figaro, el rectorado de Burdeos, del que depende el colegio de Clermont, niega estas acusaciones y precisa que “dos familias de fe judía y musulmana” habrían pedido que sus hijos pudieran “practicar su religión de forma individual y aislada, lejos desde la mirada colectiva. Para el rectorado, en Arette no existía ninguna sala de oración propiamente dicha, sino sólo un “espacio individual, puesto a disposición de cada estudiante”, previsto en la “ficha 14 del vademécum de laicidad”. El rectorado también niega las “presiones ejercidas” sobre la dirección del colegio.

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Pero ¿qué entendemos por “espacio individual”? Sobre este punto, el rectorado no dio detalles. Consultada por Le Figaro, esta hoja 14 del vademécum del laicismo se refiere en primer lugar al contexto del internado. Dice: “¿Puede un estudiante practicar sus oraciones en un internado?” La hoja recuerda luego que el Estado adopta “todas las medidas útiles para garantizar la libertad de culto y de instrucción religiosa a los estudiantes de la enseñanza pública”, según el artículo L. 141-2 del Código de educación. Las condiciones de la libertad de religión deben poder “garantizarse” siempre que la libertad de conciencia de otros estudiantes no se vea “impactada”, sigue estando incluida.

Finalmente, hay un recuadro al final de la página donde se especifica que los casos de viajes escolares son similares. Sin embargo, se indica que la provisión de “lugares de culto colectivo” durante estas actividades “no es posible”. No obstante, cada estudiante puede beneficiarse de un “tiempo dedicado dentro de su esfera privada”.

“Confusa” a primera vista, para Anne Fornerod, jurista especializada en derecho religioso y directora de investigaciones del CNRS, esta ficha elaborada por la Educación Nacional autoriza claramente “la provisión de un espacio individual que permita a los estudiantes practicar su culto”. No se trata de una “sala colectiva”, precisa. Para el abogado, “mientras estos estudiantes no molesten a sus compañeros ni al buen desarrollo del viaje escolar, este derecho les está garantizado”. Anne Fornerod evoca el “respeto a la libertad individual” y la “libertad de culto” de cada persona, garantizadas por “la decisión del Consejo de Estado del 27 de noviembre de 1989”.

La ley, por tanto, es clara: prohíbe expresamente las salas de oración colectivas, pero permite espacios individuales en la medida en que se permita todo lo que no esté prohibido. A falta de detalles por parte del rectorado, sigue existiendo incertidumbre, en este caso, sobre la naturaleza de este “espacio” de oración puesto a disposición de los estudiantes de Pau. Después de los tumultuosos debates sobre la abaya o sobre el velo de las acompañantes de los viajes escolares, la aplicación del secularismo en la escuela sigue, en cualquier caso, suscitando debates.