Los sauditas del Al-Ittihad rechazaron disputar este lunes su segundo partido de la fase de grupos de la Liga de Campeones asiática contra el club iraní Sepahan. En cuestión, la presencia de una estatua al borde del césped que representa la imagen del general iraní Qassem Soleimani, fallecido en 2020. La AFC, organismo encargado de la competición, alegó “circunstancias imprevistas”.

El general en cuestión, que murió en Irak tras un ataque con aviones no tripulados estadounidenses, es acusado por sus oponentes de ser responsable de miles de asesinatos. Las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán siguen siendo tensas. Esta es la primera vez desde 2016 que a los clubes de los dos países se les permite jugar entre sí en casa y fuera en esta competición.

Ante la negativa de la selección saudí a abandonar el vestuario, los 60.000 aficionados del estadio Naghsh-e-Jahan, situado en Isfahán, lanzaron proyectiles al terreno de juego. Los compañeros de Karim Benzema y N’Golo Kanté ya han cogido el avión rumbo a Jeddah.