«Se trata de un acto especialmente inaceptable», denuncia el fiscal de Roanne, Abdelkrim Grini, contactado por Le Figaro. Una madre de 36 años fue detenida el pasado viernes tras agredir violentamente a dos adolescentes de 11 y 12 años en Saint-Germain-Lespinasse, en el Loira.

Por la mañana, su hijo le contó que fue víctima de bullying y acoso por parte de varios estudiantes de su universidad. Así que fue a la parada del autobús escolar para encontrarse con los presuntos acosadores de su hijo. “Inmediatamente habló con uno de ellos, un niño de 11 años, y le preguntó: ‘¿Tú eres el que golpea a mi hijo?’. Luego, le dio una bofetada, según nos contaron testigos en el lugar”, explica el fiscal. Luego, el hombre de 30 años agarró al niño por la ropa, lo levantó, lo sacudió y luego cayó al suelo. “Luego le dio diez patadas”, continúa Abdelkrim Grini.

Aterrado, otro niño -entre lágrimas- tomó su teléfono para intentar llamar a su padre para pedir ayuda, pero la madre lo detuvo pateándolo varias veces. Tras este estallido de violencia contra los niños, la treintañera regresó a casa con su hijo. Fue arrestada esa misma tarde. Bajo custodia policial, explicó que había acudido a la parada del autobús con la única intención de hablar con los presuntos acosadores de su hijo. “Pero la ira era demasiado fuerte y la emoción prevaleció sobre la razón”, lamenta la fiscal, precisando que no intentó, previamente, acudir a la gendarmería para denunciar los hechos. “Ella prefirió tomarse la justicia por su propia mano”.

Su custodia policial fue levantada el sábado por la tarde y las investigaciones continúan. «Estamos esperando, en particular, a que los niños acudan al médico forense para determinar el número de ITT (interrupción temporal del trabajo, nota del editor)», que permitirá evaluar la cuantía de la pena, subraya Abdelkrim Grini. El treintañero será enviado nuevamente a los tribunales para ser juzgado por “violencia intencionada” contra menores y con premeditación, dos circunstancias agravantes. Si el ITT dictado a las víctimas resultare inferior a ocho días, la pena impuesta será de cinco años; más allá de eso, enfrentará hasta siete años de prisión.

A la espera de su juicio, la mujer de treinta años fue puesta en libertad. “Ella es una madre común y corriente, sin antecedentes penales, que trabaja. Los riesgos de recurrencia son bajos”, estima el fiscal. En cuanto a los actos de acoso denunciados por su hijo, la fiscalía abrió una investigación separada para realizar comprobaciones.