En su último partido de la fase de grupos, los Wallabies ganaron con el bono ofensivo este domingo en Saint-Étienne contra Portugal (34-14). Pero Australia ahora debe contar con una hazaña portuguesa la próxima semana contra Fiji para tener esperanzas de clasificarse. Si los Wallabies no se clasifican, sería la primera vez en la historia de la Copa del Mundo. Los “Lobos” mostraron un rostro más que atractivo pero se quebraron físicamente.

Tocados y casi hundidos en este Mundial, los jugadores de Eddie Jones se vieron empujados desde el principio por el dinámico y desinhibido portugués. A pesar de un primer penalti exitoso del apertura Donaldson (4º), los pupilos de Patrice Lagisquet tuvieron un comienzo exitoso, torturando a la defensa australiana con fintas y pases después del contacto. Después de una secuencia muy larga en los 22 metros, Appleton encontró a Bettencourt con un magnífico pase en salto para el primer try del juego (3-7, 12). Euforia de corta duración para los “Lobos” y su número 13, castigado tras una tarjeta amarilla por una entrada demasiado alta a Perese (15º). A los 14, los portugueses iban a pasar un infierno durante 10 minutos. Donaldson agregó tres puntos (16º), antes de que Arnold (19º) y luego el capitán Porecki (17-7, 22º) anotaran dos intentos en rápida sucesión. Golpes que hicieron doblar a la defensa portuguesa, disminuirla y abrumarla por tercera vez gracias a un buen trabajo de Nawaqanitawase, finalmente concluido por el pilar Bell (24-7, 26).

De vuelta a los 15 y tan espectacular como siempre, Portugal avanzó, Martins falló el try por un pelo – falta de un pie en contacto – tras una escapada de Marta (36º). Al llegar al descanso con una desventaja de 17 puntos, los lusitanos nunca se dieron por vencidos, a pesar del bono ofensivo encontrado por Australia gracias a McReight, anotador de esquina (29-7, 47º). Efectivos pero todavía frágiles, los Wallabies pasaron un cuarto de hora encerrados en su campo, recibiendo dos tarjetas amarillas para Faessler (60º) y Kerevi, muy felices de terminar el partido (62º). Inicialmente frustrado por el intento no realizado por Tadjer (60º), Portugal acabó siendo recompensado por su (largo) momento destacado al encontrar la falta a través de Simoes (29-14, 70º). Antes de un final desenfrenado del encuentro por ambas partes. Korobeite anotó el quinto try australiano (34-14, 74), dando una escala al marcador que no refleja el equilibrio de poder del juego. Apoyados por el público Geoffroy-Guichard, los “Lobos” portugueses lo dieron todo, hasta el final, desarrollando un rugby generoso y agradable.

Un rugby que nos enfrentaremos a Fiji, el próximo domingo (8 de octubre, 21 horas), en una última batalla final. En busca de una hazaña, los portugueses, en caso de victoria, podrían salvar… a sus oponentes australianos de la noche, ahora condenados a sentarse frente al televisor rezando por un improbable paso en falso de Fiji.