La policía moldava anunció el martes que había confiscado el equivalente a más de un millón de euros a unos 150 partidarios de la oposición prorrusa, que regresaban de una reunión en Moscú y eran sospechosos de “participar en un sistema de financiación ilegal” antes de las elecciones presidenciales. Según un comunicado de prensa, se incautó a ciudadanos moldavos dinero en efectivo en varias monedas, «procedente de fuentes oscuras» y recaudado «en interés de un grupo criminal», que fueron registrados principalmente en el aeropuerto de la capital, Chisinau.
Anteriormente, los participantes en la manifestación organizada en Rusia anunciaron la creación de una coalición de partidos prorrusos en Moldavia, en vísperas de las elecciones presidenciales que se celebrarán el 20 de octubre. Se trata principalmente de partidarios del oligarca fugitivo Ilan Shor, condenado en rebeldía por fraude y considerado líder no oficial de la oposición prorrusa a la presidenta saliente cercana a Occidente, Maia Sandu, candidata a la reelección. La fiscalía estudia la apertura de una investigación contra ellos por “alta traición”.
Moldavia, que lleva mucho tiempo en la órbita del Kremlin, atrapada entre Rumania, miembro de la Unión Europea (UE) y Ucrania presa de la invasión rusa, ha iniciado un giro hacia Occidente bajo la presidencia de Sandu. La presidenta acusa periódicamente a su homólogo ruso, Vladimir Putin, de librar una “guerra híbrida” en esta antigua república soviética de 2,6 millones de habitantes para impedir su distanciamiento. Es necesario organizar un referéndum sobre la pertenencia a la UE al mismo tiempo que las elecciones presidenciales, ya que los 27 han dado luz verde a la apertura de negociaciones. Por su parte, los adversarios del jefe de Estado denuncian una represión destinada a impedirles competir en las elecciones.