Miles de personas se reunieron el viernes 29 de septiembre en la emblemática Plaza Roja de Moscú para celebrar el primer aniversario de la anexión reivindicada por Rusia de cuatro regiones de Ucrania. Entre la multitud, un verdadero mar de banderas rusas, que fueron distribuidas entre los participantes.
Frente a ellos, el escenario está rodeado de pantallas con el lema “una nación, una familia, una Rusia”, título del concierto. Y justo encima, se encuentra la inscripción “Donbass es la nueva Rusia”, en referencia al proyecto destinado a crear un territorio ruso en el sur y el este de Ucrania, denunciado como “imperialista” por Kiev.
A finales de septiembre de 2022, el presidente ruso, Vladimir Putin, firmó los documentos que ratifican la anexión de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk (este), así como de Zaporizhia y Kherson (sur). Poco después habló en un concierto festivo en la Plaza Roja, declarando a los habitantes de estos territorios: “Bienvenidos a casa”.
Vladimir Putin estimó que estos territorios habían “regresado a su patria histórica”. Estas anexiones provocaron fuertes condenas por parte de Kiev y sus partidarios occidentales, que las consideraron “ilegales”.
El 30 de septiembre fue declarado “día de la reunificación” por Vladimir Putin. Este año no se le espera en la Plaza Roja, pero el presentador del evento pronuncia el mismo discurso. “Hace exactamente un año triunfó la justicia histórica”, afirmó antes del inicio del concierto. «Los territorios rusos se han unido a Rusia». “Rusia no está abandonando a su propio pueblo. ¡Somos un mismo país!”, añadió, mientras la multitud gritaba “Rusia”. En cuanto al público, mientras espera que comiencen las actuaciones, algunos hacen cola para comprar un helado aprovechando el final del verano moscovita, otros se hacen selfies o cantan canciones.
A principios de mes, Rusia organizó elecciones en estos territorios, en un contexto de oposición amordazada, donde las voces críticas del conflicto ucraniano son reprimidas sin ceremonias, provocando la ira de los países occidentales. De hecho, desde hace más de año y medio, miles de rusos han sido condenados, a veces a penas severas, por protestar contra la ofensiva en Ucrania. Pero Rusia controla sólo parcialmente estas regiones y enfrenta una contraofensiva de Ucrania, que busca retomarlas.