Plástico reciclado, ¿peor que el plástico? Esto es lo que dice el fabricante danés Lego. Preocupada por respetar el planeta y construir un “futuro sostenible”, su dirección presentó en junio de 2021 un prototipo de ladrillo fabricado a partir de botellas de plástico PET recicladas de un solo uso. Un paso considerado “importante para reducir (su) dependencia de materias primas no renovables”.

Obligado a reverdecer su imagen, el gigante difundió ampliamente la noticia y este nuevo ladrillo cumplió todas las esperanzas de su estrategia de RSE. Ingenieros y científicos especializados realizaron pruebas en más de 250 versiones diferentes de PET y cientos de otros tipos de plásticos, hasta llegar a este prototipo que cumplió con todas las expectativas en cuanto a “calidad, seguridad y exigencias de juego, en particular embrionamiento”.

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Patatras. El director ejecutivo de Lego, Niels Christiansen, dijo el domingo al Financial Times que el uso de tereftalato de polietileno (PET) habría dado lugar a “mayores emisiones de carbono durante la vida útil del producto”. Sobre todo porque requiere una importante adaptación de las plantas de fabricación. Ahora, Lego planea incorporar una mezcla de materiales orgánicos y reciclados en sus ladrillos de colores, hechos de acrilonitrilo butadieno estireno (ABS), un derivado del petróleo.

En 2018, el líder mundial en juguetes lanzó la producción de elementos a base de biopolietileno (Bio-PE), creado a partir de caña de azúcar. Este material permite realizar pequeños elementos de juego flexibles (accesorios, árboles, hojas, etc.), pero no el imprescindible ladrillo Lego.