Marine Le Pen, de visita en Mayotte el sábado, se declaró «enojada» con su aliado alemán en el Parlamento Europeo, el AfD, que «sería mejor ocuparse de los problemas de Alemania» en lugar de cuestionar la pertenencia del archipiélago a Francia.

En una pregunta escrita dirigida al Bundestag esta semana, la AfD (Alternativa para Alemania) pidió al gobierno federal “que adopte una posición sobre las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas según las cuales Francia debe devolver el archipiélago de Mayotte a la ‘Unión de las Comoras».

«El AfD haría mejor en ocuparse de los problemas de Alemania y estoy enojada por esta situación», declaró la líder del RN a su llegada. “Les explicaré por qué los mahorais ya han expresado tres veces su deseo de ser franceses”, añadió. Cuando Comoras declaró su independencia, Mayotte decidió permanecer en Francia mediante dos referendos en 1974 y 1976. Un tercer referéndum en 2009 convirtió a Mayotte en departamento.

Un portavoz de AfD, Matthias Moosdorf, explicó a la AFP que su partido «no imaginaba que el RN se molestaría por esta pregunta» y que, según AfD, esta pregunta apuntaba a la ambivalencia que practica el Gobierno alemán sobre sí mismo. «Este paralelo con Crimea es particularmente incómodo», consideró Le Pen, que pretende dar a sus aliados «algunas lecciones de geopolítica».

Las relaciones entre los dos partidos, que forman parte del mismo grupo «Identidad y Democracia» en el Parlamento Europeo, se han tensado desde la revelación de un plan secreto para la expulsión masiva de extranjeros y ciudadanos alemanes considerados no integrados si el AfD llegaba a su fin. fuerza. El asunto provocó manifestaciones a gran escala contra la extrema derecha en toda Alemania. Y Marine Le Pen declaró que estaba “totalmente en desacuerdo” con esta idea.

Además, sobre las relaciones con las Comoras, de donde proceden muchos inmigrantes que llegan a Mayotte, Marine Le Pen pidió «silbar el fin del ocio», acusándolas de «querer recuperar Mayotte a través de la demografía». Mencionó medidas de represalia como la congelación de los activos de los líderes comoranos o la eliminación de visas.