Le Figaro Niza
El gigantesco y polémico trimarán “Isla Canua” abandonó los muelles de La Seyne-sur-Mer, en Var, para dirigirse al golfo de Mandelieu-la-Napoule para su inauguración prevista para este jueves por la noche en el marco de un evento privado. Marc Audineau, cofundador de esta playa flotante y ex número uno del mundo en bote, por fin puede felicitarse. Durante más de un año, esta isla recreativa de 1.750 m2 distribuidos en dos plantas estuvo en el centro de controversias, litigios y procedimientos judiciales, que la convirtieron en una auténtica saga en la Costa Azul.
Recién en diciembre pasado “Isla Canua” pudo obtener todas las autorizaciones necesarias para navegar y así iniciar su actividad. A bordo, están previstas una piscina, tumbonas, comedores, un bar y actividades acuáticas para entretener a los huéspedes en medio del mar Mediterráneo, todo en un ambiente acogedor y musical.
Esta idea había provocado la ira de los cargos electos locales, en primer lugar la de Renaud Muselier (Renacimiento), presidente de la región de Provenza-Alpes-Costa Azul. Detrás de este barco vio un proyecto “desprovisto de sentido común” y perjudicial para el medio ambiente, cuya presencia rechazó en su territorio. El gobierno compartió su posición y llegó incluso a recurrir en vano al Consejo de Estado. La Justicia había ordenado a las autoridades expedir el armamento y los permisos de navegación necesarios para el funcionamiento de este trimarán XXL.
Por su parte, Marc Audineau y su socio Tony Philp, ex campeón del mundo de windsurf, han insistido constantemente en que su barco era «el más limpio del Mediterráneo» en comparación con los yates o los cruceros y no se han limitado a pregonar «un concepto eco-responsable». ”, con materiales reciclados y en particular el uso de biocombustibles. También intentaron tranquilizar el proyecto, lejos de ser una discoteca, y se comprometieron a reducir al máximo la contaminación acústica para no molestar a la fauna marina. Estas promesas nunca fueron escuchadas por los distintos opositores, que también lo vieron como una competencia desleal con otros restauradores establecidos en la costa.
El verano pasado, cuando no consiguieron los permisos, los cofundadores parecieron darse por vencidos y resignarse a denunciar “una aberración, una obstrucción y una vendetta política” contra ellos. Sin embargo, los dos empresarios avanzaron en el terreno jurídico y acabaron ganando el caso. En realidad, nunca se dieron por vencidos y siguieron creyendo, contra viento y marea, en el éxito de su proyecto.
Se esperan cerca de 300 personas a bordo del trimarán este jueves por la tarde, a 600 metros de la costa de Mandelieu-la-Napoule, cerca de Cannes (Alpes Marítimos). Para su primer año de comercialización, “Canua Island” explica que se limita a eventos privados. Por tanto, esta isla flotante no será accesible al público, que era el objetivo inicial gracias a un sistema de lanzadera. Nueve marineros componen la tripulación de esta barcaza, cuyo diseño costó casi 16 millones de euros y que fue financiada por empresarios franceses. “Isla Canua” tiene previsto recorrer casi todos los puntos de la cuenca mediterránea a lo largo de la temporada estival, hasta octubre, y según las distintas peticiones de los clientes.