Él no se mueve: Lewis Bruggeman, un radiólogo estadounidense de 82 años, no quiere salir de su casa, situada en la localidad de Dana Point, en Estados Unidos. Sin embargo, desde hace varios días, su casa, valorada en 15,9 millones de dólares (14,66 millones de euros), está a punto de vaciarse. Parte del acantilado se derrumbó debido a las tormentas históricas que azotaron California a principios de este mes y provocaron un deslizamiento de tierra masivo.

“Será necesario un trabajo muy importante para estabilizar esta propiedad”, dijo al Washington Post Kyle Tourjé, vicepresidente ejecutivo de Alpha Structural, una empresa de ingeniería de Los Ángeles. Después de dos años consecutivos marcados por grandes inundaciones, estas viviendas no pueden soportar este tipo de shock”.

La culpa es del “Pineapple Express”, una rápida circulación de vapor de agua tropical procedente de Hawaii, que ya afectó en gran medida a la costa oeste de Estados Unidos el año pasado. El propietario de la lujosa villa, sin embargo, dijo al canal de televisión local KCAL News que su propiedad “no estaba amenazada” y que se encontraba “bien”. El municipio de la pequeña localidad costera confirmó su afirmación a través de su jefe de gabinete al alcalde, Mike Killebrew, quien afirma que “no existe ninguna amenaza inminente para esta casa”

“Los ingenieros inspeccionaron la casa y dijeron que no había daños. Tampoco existe una amenaza inminente para la estructura”, se regocijó el alcalde, Jamey Federico, en declaraciones transmitidas por el Washington Post.

El octogenario no es el único residente del lujoso condado de Orange que ha sufrido las consecuencias futuras de las lluvias torrenciales: otras dos mansiones en la costa del Pacífico, estimadas en unos 13 millones de dólares, también están en riesgo. Es probable que los temores de los tres propietarios no hayan terminado: el Servicio Meteorológico Nacional ha advertido que la próxima semana habrá condiciones climáticas más severas en el área de Los Ángeles.

Las lluvias de principios de febrero provocaron al menos nueve muertos y cuantiosos daños materiales en la región de Los Ángeles. El gobernador del estado americano, Gavin Newsom, incluso declaró el estado de emergencia.