Un solicitante de asilo senegalés juzgado por homicidio involuntario por un tribunal británico tras la muerte de otros cuatro inmigrantes durante un cruce del Canal de la Mancha en diciembre de 2022 fue condenado el viernes a nueve años y medio de prisión.

Ibrahima Bah fue detenido por haber pilotado el barco que se hundió. Cuatro inmigrantes, entre ellos un adolescente, murieron durante este cruce del Canal de la Mancha y otros 39 fueron rescatados. El tribunal de Canterbury, en el sur de Inglaterra, declaró el lunes a Ibrahima Bah culpable de homicidio involuntario y de ayudar a la entrada ilegal en el Reino Unido.

En la sentencia del viernes, el juez dijo que el barco «no estaba en condiciones de navegar». «Era una trampa mortal, como todo barco de este tipo que emprende el cruce del Canal… es una trampa mortal», dijo. Esta embarcación no debería haber transportado a más de veinte personas, afirmó la fiscalía durante el juicio, pero a bordo se encontraban cuarenta y tres inmigrantes. No había suficientes chalecos salvavidas, ni bengalas ni radios a bordo.

Durante el juicio, uno de los migrantes relató los gritos y llantos de ayuda, antes de que un barco pesquero acudiera a rescatarlos. También dijo que Ibrahima Bah había intentado acercar el barco al pesquero y que sin él “habríamos muerto todos”. Unos treinta minutos después de abandonar la costa francesa, el agua ya llegaba hasta las rodillas de los pasajeros del barco.

A diferencia de los demás inmigrantes en el barco, Ibrahima Bah no había pagado el viaje a cambio de tener que conducir el barco. Este senegalés, mayor de 18 años según la justicia británica pero cuya edad exacta sigue siendo incierta, había afirmado durante el juicio que los contrabandistas lo habían amenazado con matarlo si no piloteaba el barco, pero sin lograr convencer a los acusados. También dijo que inicialmente aceptó cruzar gratis, pero cambió de opinión cuando se encontró con demasiados inmigrantes que debían abordar.

Casi 30.000 inmigrantes cruzaron el Canal de la Mancha el año pasado, tras un récord de más de 45.000 en 2022. El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha hecho de la lucha contra la inmigración ilegal una de sus prioridades. A pocos meses de las elecciones legislativas, todavía espera que se adopte una de sus medidas emblemáticas: la expulsión de inmigrantes a Ruanda.