La fiscalía de Châlons-en-Champagne indicó el viernes 22 de septiembre que había abierto «dos investigaciones por trata de seres humanos» en el contexto de la vendimia en Champagne, después de que la prefectura de Marne cerrara alojamientos colectivos para los recolectores de uva en Nesle. -Repons (Marne), considerado “insalubre” e “indigno”.
Céline Fassey, fiscal adjunta de Châlons-en-Champagne, informó a la AFP de la apertura de estas investigaciones contra «varias empresas», sin más detalles sobre los hechos alegados ni sobre las empresas objeto de la investigación.
Estas investigaciones «no tienen ningún vínculo con la muerte de los vendimiadores», precisa Fassey, mientras que cuatro vendimiadores en Champaña han muerto desde principios de septiembre, en un contexto de calor extremo.
El comité regional de la CGT mencionó el viernes la apertura de una investigación por parte de esta fiscalía, denunciando, en una carta abierta al prefecto del Gran Este, «métodos intolerables en materia de utilización de trabajadores temporeros». «Los empresarios utilizan a los subcontratistas en cascada y sin ningún control, poniendo en peligro la vida de los trabajadores temporeros de África occidental», señala el sindicato, describiendo situaciones de «desnutrición» y «salud precaria».
El 15 de septiembre, la prefectura del Marne ordenó el cierre en Nesle-le-Repons de alojamientos considerados “indignos” e “insalubres” para trabajadores temporeros “la gran mayoría de los cuales proceden de África occidental”. Ordenó al propietario, que también es el empleador de los trabajadores, que se hiciera cargo del realojamiento de los empleados de las obras en cuestión.
José Blanco, secretario general de la intersindical del champán CGT, criticó a la AFP «la omertá» que reina «en el mundo del champán». “Todo el mundo hace la vista gorda porque es la uva más cara del mundo”, lamentó. La Confédération paysanne, un sindicato agrícola de izquierda, por su parte, exigió el viernes un “plan de vigilancia y mejora de las condiciones de trabajo y de remuneración” de los trabajadores temporeros.
A finales de agosto, los viticultores de Champaña obtuvieron del Estado una flexibilización de las normas de alojamiento de los temporeros durante la cosecha. En particular, pueden alojar hasta diez trabajadores temporeros por habitación, frente a los seis anteriores.
En septiembre de 2020, cuatro directivos de tres empresas de servicios vitivinícolas fueron condenados a penas de prisión condicional de seis meses a tres años por proporcionar mano de obra empleada en condiciones indignas. También implicado, el director de servicios de viticultura y cosecha de la casa de champán Veuve-Clicquot (grupo LVMH) fue absuelto.