La jefa del gobierno italiano, Giorgia Meloni, llamó el miércoles 20 de septiembre a las Naciones Unidas a lanzar “una guerra despiadada” contra los traficantes, tras una afluencia de inmigrantes en la isla de Lampedusa. Desde el podio de la Asamblea General de la ONU, la primera ministra, al frente de una coalición de derecha y extrema derecha, aseguró que su país estaba dispuesto a liderar los esfuerzos contra los “traficantes de esclavos del tercer milenio”.

“¿Puede una organización como ésta, que afirma en su documento fundacional su fe en la dignidad y el valor de los seres humanos, apartar la vista de esta tragedia?”, dijo. «Creo que es deber de esta organización rechazar cualquier enfoque hipócrita sobre este tema y lanzar una guerra despiadada contra los traficantes de personas». “Para ello, debemos trabajar juntos en todos los niveles. Italia quiere estar a la vanguardia en este tema”, afirmó.

La isla italiana de Lampedusa, situada a menos de 150 kilómetros de la costa tunecina, representa una de las primeras paradas de los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo con la esperanza de llegar a Europa. Entre el lunes y el miércoles de la semana pasada, unas 8.500 personas, más que toda la población de Lampedusa, llegaron en 199 pateras, según la agencia de migración de las Naciones Unidas. Estos inmigrantes proceden principalmente de África, a través de Túnez, un país en dificultades económicas cuyo presidente Kaïs Saïed pronunció en febrero un discurso incendiario sobre la inmigración ilegal.

Giorgia Meloni señaló la responsabilidad de las «mafias» que ganan tanto dinero con los inmigrantes como con los narcotraficantes, pero también aseguró que su país también buscará las raíces de este fenómeno y ayudará a los países africanos a «desarrollarse y prosperar». “África no es un continente pobre. Al contrario, es rico en recursos estratégicos”, afirmó.