Cuando se menciona la palabra “gorgona”, aparece la imagen de esta malvada criatura mitológica con pelo de serpiente. La que puebla las aguas del Mediterráneo es mucho más grácil… y mucho más vulnerable. Un estudio publicado en el sitio web de la revista científica Global Change Biology reflexiona sobre el impacto catastrófico de las olas de calor marinas de 2022 sobre las gorgonias rojas, que se encuentran especialmente en aguas costeras.
Primas lejanas de los corales, las gorgonias pertenecen al reino animal. “Se trata de colonias formadas por varios pólipos (organismos) con ocho tentáculos flexibles”, explica Bastien Mérigot, profesor de la Universidad de Montpellier y coautor del estudio. Obtienen su alimento filtrando los nutrientes del agua y crean un esqueleto que se adorna con un tejido rojo, amarillo o blanco según pertenezcan a una u otra de las tres principales especies que encontramos en el Mediterráneo. » Esto le da la apariencia de un arbusto.
Leer tambiénCuriosamente, los peces de aguas profundas no sufren las olas de calor submarinas.
El estudio franco-español se centra en las poblaciones de gorgonias rojas (Paramuricea clavata) en el Parque Nacional Calanques de Marsella, afectado el año pasado por un evento de mortalidad masiva. Estos episodios no son nuevos: se recuerdan los de 1999, 2003 o 2006. Pero la del año pasado fue “una de las más fuertes jamás registradas en la región”, explican los autores de esta publicación.
La causa son las olas de calor marinas registradas en el Mediterráneo a lo largo del verano de 2022. La temperatura media de las aguas superficiales estuvo entre 1,3°C y 2,6°C por encima de la media (1982-2011). En las calas, “el umbral de 25°C se superó durante 32 días seguidos a 5 metros de profundidad”, señala Bastien Mérigot, también investigador de la UMR Marbec, unidad de investigación sobre la biodiversidad marina. Este calor llegó incluso a lo más profundo: durante tres días hubo más de 25°C a 30 metros de profundidad.
Lea también: La superficie de los mares y océanos se sobrecalienta
Las gorgonias se vieron “dramáticamente afectadas” por estas olas de calor, según el estudio, resultado de observaciones de 26 sitios diferentes (y miles de organismos). Entre la superficie y los 20 metros de profundidad, más del 80% de las colonias estaban total o parcialmente necróticas: su envoltura coloreada había desaparecido, dejando expuesto sólo un esqueleto desvencijado y blanquecino. “En algunos lugares, todas las gorgonias estaban muertas”, señala Bastien Mérigot. En aguas más profundas (entre 20 y 30 metros) “el impacto fue sólo ligeramente menor, afectando a más del 65% de las colonias”, señalan también los investigadores. Según ellos, este “impacto fue un 142% mayor que durante el evento de mortalidad masiva de 2003”.
En estudios anteriores se han formulado varias hipótesis para explicar el efecto nocivo del calor en las gorgonias: una reacción al estrés oxidativo, el agotamiento debido al choque térmico que les impediría alimentarse, la disminución de una bacteria que utilizan para defenderse de otras microbios…
El caso es que “cuando una gorgonia está completamente necrótica, no vuelve a crecer. La recolonización sólo puede producirse gracias a otras poblaciones más lejanas o más profundas (durante el desove, las gorgonias emiten gametos al agua y la larva se posará en el suelo)”, explica el autor del estudio. También señala que el crecimiento de las gorgonias es muy bajo, alrededor de 1 a 5 cm por año. “Reconstruir las poblaciones de gorgonas afectadas por la ola de calor de 2022 será extremadamente difícil, si no imposible”, concluyen los científicos.
Con su desaparición, todo un ecosistema está amenazado: de hecho, las gorgonias sirven de refugio a muchos moluscos y peces, como la dorada o la dorada.
Después de un verano extraordinario en 2022, las aguas del Mediterráneo volvieron a ser excepcionalmente cálidas en 2023 (con una media de 28,4°C registrada el 24 de julio, un récord). “La tendencia al calentamiento en el Mediterráneo es de 0,4°C por década durante el período 1982-2020”, precisa Thibault Guinaldo, investigador en oceanografía espacial del Centro Nacional de Investigaciones Meteorológicas (Météo-France/CNRS), en Lannion. Así, el calentamiento global provoca un aumento en la frecuencia e intensidad de las olas de calor marinas. » No debemos olvidar la influencia de la variabilidad natural del sistema, recuerda: “Las condiciones del mistral y de la tramontana pueden, por ejemplo, limitar localmente este calentamiento, sin modificar la tendencia subyacente. »
Según el IPCC, a escala global, “las olas de calor marinas (…) han duplicado su frecuencia y se han vuelto más duraderas, más intensas y más extendidas”. Los expertos en clima de la ONU predicen hasta 50 veces más olas de calor marinas para 2100, dependiendo del escenario de emisiones de gases de efecto invernadero.