La ola migratoria que afecta a Lampedusa, en Italia, podría tener consecuencias en el voto francés. En cualquier caso, esto es lo que piensa el presidente de los senadores republicanos, Bruno Retailleau. Este martes, ante el micrófono de France Inter, el funcionario electo de Vendée estimó incluso que es en «esta isla donde está en juego el futuro de Europa», a nueve meses de las elecciones europeas.

La clase política francesa lleva varios días agitada, mientras más de 8.000 inmigrantes del norte de África llegaron en barco a la isla italiana la semana pasada. El propio ministro del Interior, Gérald Darmanin, viajó el lunes a Roma para dar un mensaje de “firmeza”. «El caos migratorio irrita cada vez más a la gente», argumentó también Bruno Retailleau, para quien «si no damos una respuesta firme y decidida, habrá insurrecciones electorales».

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Para el electo, este acontecimiento, circunscrito en el tiempo, es precisamente la ilustración de una “inmersión” migratoria, “en el sentido literal del término”. “Es un término que debemos saber utilizar dadas las propuestas”, aseguró, refiriéndose al “sentimiento del pueblo que está desposeído”.

El presidente de los republicanos, Éric Ciotti, también insistió en la gravedad de la situación y pidió «el retorno» de los inmigrantes «en lugar de distribuirlos» entre los países de la Unión Europea. «Necesitamos una política de la UE para garantizar que estas personas regresen a su país de origen», argumentó en RTL. Cuando el jefe de la Agrupación Nacional, Jordan Bardella, considera en Europa 1 que Francia “debe declarar que ya no es un país de inmigración”. Todo ello teniendo en cuenta la fecha límite de las elecciones europeas, previstas para el 9 de junio, y cuya campaña parecía comenzar silenciosamente este fin de semana.