Sus envases son atractivos, sus campañas publicitarias son divertidas. Sin embargo, estos productos son malos para la salud de los niños. Una paradoja denunciada por Foodwatch. Dulces, tartas, bebidas, yogures, cereales… En un estudio publicado este miércoles, la asociación de defensa del consumidor da la voz de alarma, estimando que los más jóvenes siguen «sobreexpuestos a un marketing y una publicidad agresiva de los alimentos, que les incitan a consumir» este tipo de alimentos. de productos. Lo suficiente como para llevarles a “adoptar hábitos alimentarios perjudiciales para la salud”.

Durante su investigación, la organización analizó 228 bebidas y alimentos dirigidos a niños y adolescentes en su marketing. El veredicto es claro: casi la mayoría de los productos no cumplen los criterios nutricionales marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las industrias alimentarias tienen más de un as bajo la manga para incentivar a los niños a consumir estos productos relacionados con la “comida chatarra”. «Los niños son apaleados con campañas publicitarias y de marketing orquestadas por la industria alimentaria y la distribución masiva para vender cada vez más», acusa Foodwatch.

Envases con mascotas infantiles, propiedades sensoriales atractivas (sabor, forma, color), regalos ofrecidos para su compra (juguetes o figuritas), operaciones comerciales en colaboración con influencers, estrellas o deportistas conocidos por los niños, etc. Si estas características del producto pueden dejar a un adulto frío, no ocurre lo mismo con los menores. «Los niños carecen de la perspectiva crítica necesaria para distinguir el contenido informativo del contenido comercial y, por lo tanto, se convierten en el objetivo principal de las ganancias corporativas», argumenta Foodwatch.

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Nestlé, Ferrero, Mars, McDonald’s, Burger King, Danone… La asociación no duda en citar a los gigantes de la industria alimentaria como responsables de estas cuestionables técnicas de venta. En particular, tres campañas publicitarias llamaron la atención de Foodwatch. Primero, un anuncio de Oasis Tropical, una bebida popular entre los niños pero excesivamente dulce, protagonizado por el rapero Jul. En segundo lugar, una campaña de marketing de la marca Monster Munch dirigida al mundo del gaming, un espacio popular entre los adolescentes. Por último, la marca Pitch (Pasquier), que ofrece zonas de juego en las playas francesas.

Para Foodwatch, el impacto de estas estrategias comerciales en la salud pública de los jóvenes franceses es alarmante. “1 de cada 6 niños en Francia tiene sobrepeso o es obeso”, recuerda la asociación. Según ella, las medidas tomadas hasta ahora (los famosos mensajes de salud integrados en los anuncios difundidos por televisión, por ejemplo) son insuficientes. Asimismo, Foodwatch sanciona severamente el EU Pledge, la carta europea nacida en 2007 a partir de compromisos “voluntarios” de los gigantes del sector. Las empresas en cuestión (Unilever, Bel, Pepisco, etc.) se han comprometido a no hacer más publicidad dirigida a niños menores de 13 años, excepto los productos que cumplan con los criterios nutricionales del “Libro Blanco” que han diseñado. Sin embargo, los criterios nutricionales que marcan estos “Libros Blancos” están lejos de ser tan restrictivos como las líneas rojas marcadas por la OMS.

«Si bien sólo 2 de cada 10 cereales para el desayuno se consideraron suficientemente equilibrados para ser comercializados entre los niños según el modelo de la OMS, más del 60% cumplían los criterios nutricionales del Compromiso de la UE», señala, por ejemplo, la asociación. Por tanto, se pide a las autoridades públicas que prohíban «la comercialización de productos destinados a los niños» que no respondan a los criterios nutricionales del modelo de la OMS. “Es urgente que el gobierno y los legisladores regulen estrictamente la publicidad de productos dirigidos a niños y dejen de esconderse detrás de los compromisos voluntarios de la industria y la llamada rendición de cuentas de los gigantes de la comida chatarra”, critica la organización.